Liga dividida

Ha sido el tema de la semana. La Liga Mayor de fútbol ha decidido cobrar un canon a los periodistas que cubren las jornadas del fútbol de Primera División. Dicho simplemente, la Liga cobra a los periodistas un derecho de admisión

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Izq. a der: Hugo Carrillo (Marte), Lisandro Pohl (Alianza), Byron Rodríguez (FAS), Víctor Quintanilla (Pasaquina) y Carlos Vides de EDH Deportes en una reunión entre semana. Foto EDH

Por Fernando Palomo | Twitter: @Paolomo_ESPN

2015-02-08 5:19:00

Ha sido el tema de la semana. La Liga Mayor de fútbol ha decidido cobrar un canon a los periodistas que cubren las jornadas del fútbol de Primera División. Dicho simplemente, la Liga cobra a los periodistas un derecho de admisión. 

Atenta contra el derecho a la información, nunca contra la libertad de prensa como erróneamente se interpreta. La prensa tiene un lugar en cada estadio de fútbol de Primera División, hacer uso de él tiene un precio: 75 dólares más IVA. 

Tengo mi postura, que la liga no crea que los medios son sus clientes. Debe entenderlos como socios. Conocer por qué la Liga llega a la decisión del cobro por las credenciales ayuda a entender que el fútbol nacional está comandado por un grupo de dirigentes que actúan en función de los beneficios de sus equipos y no en beneficio del fútbol nacional. La Liga Mayor es un ente dividido. 

La decisión de aumentar el precio por las credenciales fue promovida por la enorme cantidad de tarjetas asignadas a los medios. “Había más motoristas acreditados que los mismos periodistas”, me dijo el dirigente de un equipo de Primera, otro me comentó que “muchos equipos se quejaban que entregaban credenciales a los familiares de periodistas y que había periodistas que no llegaban a trabajar”.

La Liga conformó una comisión compuesta por tres representantes de equipos. La tarea fue analizar una mejora manera de distribuir las credenciales. Tardaron un par de semanas para definir que la manera más eficiente para reducir la lista de credenciales era aumentar el precio de las mismas. “Pagando más, tendrían más cuidado con el personal que acreditan”, me dijeron. Los medios periodísticos podrían seguir acreditando a los familiares de periodistas, como creen en la Liga, pero costaría más caro. 

Definido el aumento del costo por credencial había que definir el costo. Unas fuentes dicen que Metapán sugirió 50 dólares; otras que Águila pidió que el costo fuese de 75; aunque hay quien dice que la dirigencia emplumada habría pedido que el costo fuera de 150. Lo que sorprende es que hubo dirigentes en esa toma de decisión que creían que las credenciales para eventos deportivos tenían precio, algo que no pasa en el primer mundo deportivo. 

Con alguna resistencia por el cobro de credenciales, los equipos se fueron acercando a la decisión tomada. Fuentes consultadas dicen que fue la exposición del presidente de Alianza la que terminó por convencer a los indecisos. El representante de los albos les recordó que no había ningún favor que deberle a una prensa. Para una referencia de lo que les hablaba les recordó historias que recientemente generaron revuelo en los medios: El equipo de la Universidad comiendo cuajada después de un partido; FAS no paga sus salarios a tiempo; desvío de fondos del Estado para las mejoras de Las Delicias, el de Santa Tecla. “Lisandro fue muy hábil”, me confesaron. “Fue tocando puntos a los diferentes equipos en los que la prensa los ha atacado”. Los equipos que dudaban se definieron por esto. 

Águila fue uno de los firmantes de la decisión de cobrar por el ingreso a los periodistas, pero un par de días después se apartó y definió ir en contra de lo que antes firmaron. Quizás analizando los costos que incurrían al no revertir la medida, Aguila no quería quedarse sin cobertura en los medios. Menos en un momento en el que buscan ampliar vínculos con patrocinadores, la exposición es importante. Los medios son esos socios estratégicos. 

Para una Liga con la necesidad de cambiar su imagen ante el aficionado del fútbol salvadoreño, su principal consumidor, el golpe del affaire de las credenciales ha sido grande. No considerar que los medios de comunicación son aliados en la lucha por recuperar lugares de preferencia entre los aficionados es un preocupante síntoma del desconocimiento de esa innegable realidad. 

En el camino de esta decisión, la Liga deja evidencia de la división en la que operan. Un equipo se aparte de una decisión conjunta. Esa fractura confirma que lo que opera en el fútbol de Primera División es, primero, la división de su voluntades, ya endebles y vulnerables. Y, que no hay intención por empujar por el fútbol nacional que supere las ganas de ver ganar a su equipo.