Y de premio, el clásico en las semis

??guila ganó en Opico y se metió entre los cuatro. Les espera nada menos que FAS por un boleto a la final

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Gilberto Baires, del Aguila celebra el gol contra Juventud, con el cual se clasificaron a las semifinales

/ Foto Por Jaime Anaya

Por Gustavo Flores | Twitter: @Gusflores21

2014-11-30 8:30:00

Golazo de Baires, resistencia férrea y un premio inigualable: pasar a las semifinales y enfrentar al FAS en esa instancia. Todo redondo para el Águila en la soleada tarde en San Juan Opico donde cerca de tres mil migueleños se hicieron presentes para festejar el sufrido pero merecido triunfo ante un Juventud Independiente que se despide del certamen con dignidad.

El gran festejo y desahogo del final llegó después de 90 minutos intensos, no del todo bien jugados pero si altos en emoción y temperatura. A la Juve le faltó mayor decisión  e ideas para ir a buscar el empate; Águila, que apostó decididamente al contraataque en la segunda mitad con Calheira y luego con Fraser pero no pudo aumentar el margen de diferencia para estar tranquilos. Por eso armaron un partido pobre en calidad técnica pero si con una intensidad máxima.

Prueba de eso fueron los primeros 10 minutos donde el partido pasó más por los cortes, las faltas y las caídas que por la pelota en movimiento. Juan Carlos Alas debió irse lesionado a los 7 minutos. En su lugar ingresó Yuvini Salamanca y el profe Sánchez debió reordenar toda su defensa.

Ideas claras de ambos bandos en la ofensiva. En el local, las incursiones de Hebert Sosa buscando la conexión con Irvin Valdez y Rugamas. Pocas veces lo lograron. En Águila, Coca tomando el lugar de Oscar Cerén (en las gradas, suspendido) y buscando entenderse con Baires para asistir a Calheira. Tampoco  plasmaron en la cancha lo diseñado en el vestuario visitante.

Poco y nada había pasado hasta el gol de Baires. Apenas una incursión por derecha de Calheira. El brasileño resolvió mal, como toda la tarde. En la otra área, apenas un remate de Irvin Valdéz por arriba del travesaño.

Hasta que llegó el centro desde la derecha que Baires la empalmó de lleno y  cruzada. La pelota se metió en el ángulo de la portería de Martínez. Golazo para el Águila que no había hecho más que la Juve en ese cuarto de hora pero que después supo manejar los tiempos del partido.

Juventud buscó primero con paciencia y luego con desesperación. La  línea de volantes y delanteros se veían inconexas  y enfrente tenían un equipo bien parado con Eder Arias y Henry Romero como destacados en la muralla que fue armando Águila.

En ofensiva, los de Messina tampoco prosperaban. Coca no se podía hacer dueño de la pelota en la mitad de la cancha y Baires estaba demasiado solo. Trejo y Torres, sobre las bandas, tampoco desnivelaban. Y arriba, lo dicho: Calheira perdía una y cada una de todas las pelotas con los defensores opicanos.   La apuesta al brasileño como único hombre en punta estaba lejos de darle resultado.

Aunque el rival no amenazaba, con un gol de diferencia Águila no podía estar tranquilo. Así fue que un cabezazo de Irvin Valdéz por arriba del travesaño sacudió la modorra en la que había entrado el primer tiempo y puso en alerta a los migueleños. El partido estaba lejos de estar cerrado. El primer tiempo se fue con una milagrosa tapada de Martínez a un cabezazo de Coca.

Los técnicos cambiaron para la segunda mitad. Con el ingreso de Pimentel por Jiménez, buscó mayor profundidad el profe Sánchez. Fraser por el improductivo Calheira era la apuesta de Messina para la segunda parte. Y en dos minutos Fraser había hecho más que Calheira con un cabezazo en el travesaño y preocupando en cada centro.

Rudy Valencia por Diego Coca fue la siguiente variante para cerrar el partido de parte de Águila que no tuvo mayores sobresaltos más allá de una pelota que cuerpeó y ganó Valdez, pero se le fue por arriba. El saldo fue una pelea a los gritos entre Villalobos y Umanzor. 

Juventud perdió en su cancha y sin anotar. Es noticia. Se va del torneo el equipo más goleador. Águila celebra con un carnaval interminable la llegada de una nueva semifinal y con un aliciente inmejorable: FAS, el rival del clásico nacional, lo espera a duelo de ida y vuelta por un pasaje a la gran final.