Juan Merlos: Una Máquina que dejó de funcionar

Pocos jugadores le han pegado a la pelota con la dos piernas como él: en movimiento, volea o parada.

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Plantel del ??guila en el que se aprecia a Merlos en la tercera posición de izquierda a derecha.

/ Foto Por edhdep

Por Manuel Cañadas

2014-12-05 12:37:00

Se paraba frente a ella y los arqueros no sabían donde colocar la barrera. En los penales era otra historia, el mismísimo Juan Francisco Cariota Barraza le tenía mucho respeto y cuando el árbitro señalaba el punto penal a favor del Águila se hacía a un lado y permitía que su compadre Juan Máquina Merlos lo cobrara.

Era infalibe y de eso supieron los mejores porteros del país y del área. Se inició en el Racing del Ascenso que en la Perla de Oriente apadrinaba la familia Chévez y muy luego pasó al Águila que buscaba una casilla en la Liga Mayor. En la campaña de 1958 disputaron grandes duelos con el Atlético Constancia que tenía iguales pretensiones y lo dejaron en el camino.

Máquina llegó del Racing y tuvo que disputar la titularidad con grandes figuras que los aguiluchos se habían llevado del Dragón como el Chato Esteban Blanco y otros como Guillermo Gutiérrez, el profesor Oscar Flores. De entrada armó una sociedad con Cariota que los aficionados dieron en llamar Los Juanes. Jugaban de memoria y se comunicaban con un silbido, era característico escuchar aquel sonido de parte de uno de ellos para ver que la pelota les llegara mansita para hacer una pared o para empujarla hacia la red.

Así lograron el ascenso a la Liga Mayor y en su primer torneo ganaron el campeonato al imponerse al FAS en una serie extra 4-0 y 1-0. Es famosa la anécdota de cuando se inauguró el torneo y se hacían aquellos desfiles tradicionales. El campeón iba a la cabeza y el recien ascendido en el último escalón. “Mírennos bien porque después nos van a ver de primero” exclamó Máquina.

Y su palabras fueron proféticas, pero en verdad con aquel cuadrazo donde la mediacancha la integraban Conrado Miranda y el Pibe Vásquez no era necesario ser profeta para advertir a los aficionados sobre la hazaña. Maquinita tambien estuvo en una selección que iba a participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe pero por los problemas políticos de la isla no se llevó a cabo.

Luego integró la selección que disputó el IX Campeonato Centroamericano y del Caribe en San José donde El Salvador fue subcampeón después de Costa Rica. Su vida a menudo disipada lo fue alejando de las alineaciones y para el I Norceca en el país en el mes de marzo de 1963 una lesión lo alejó de la Selecta. Luego formó parte de otros equipos orientales como Luis Ángel Firpo, Dragón, Municipal Limeño.

Con su retiro se graduó de entrenador y dirigió a varios equipos. Hará unos años comenzó a sentirse mal de salud, cuando se se le diagnosticó arterioesclerósis, enfermedad que le generó una deficiencia en la irrigación de la sangre en su pierna derecha. Juan siempre contó con la benevolencia del doctor Victorino Villatoro quien estuvo anuente a ser su médico de cabecera.

Pero sus problemas se fueron agravando y sufrió la amputación primero de los dedos de su pierna derecha luego del tobillo y la pierna. El pasado sábado sufrió un derrame cereblar y hoy a las cinco de la mañana en Santiago de María, donde residía a mañana el Supremo Hacedor decidió desconectar el interruptor que mantenía la luz de su vida. ¡Descanse en paz Maquinita!