Aunque muchos ni siquiera saben dónde queda Samoa Americana y difícilmente puedan mencionar tan solo a un futbolista nacido allí, la selección de ese país es protagonista de dos hechos históricos. El primero, y por el cual se hizo medianamente conocida, fue la abultada derrota 31-0 que sufrió ante Australia por las Eliminatorias hacia Corea Japón 2002, cifra récord. El segundo, por ser el primer país que alineó en un partido de Eliminatorias –esta vez para Brasil 2014- a una futbolista transgénero. Se trató de Jaiyah Saelua, que biológicamente nació hombre, tiene rasgos de ambos sexos, pero que es criada como mujer por su familia.
Con la fatídica goleada como punto de partida y la historia de la trasngénero como uno de los condimentos, los directores británicos Mike Brett y Steve Jamison rodaron un documental sobre Samoa Americana, también llamada por esos días “la peor selección del mundo”. La película, cuyo nombre es “Next goal wins”, es sencillamente exquisita, conmueve desde sus historias mínimas, desde sus diálogos naturales, desde sus personajes terrenales y desde la naturaleza salvaje de esa isla perdida en el Pacífico Sur, en la lejana Oceanía.
La historia no solo la escriben los que ganan. También hay mercado para la derrota, sobre todo si se trata de historias bien contadas: lo demuestra el documental elaborado por ESPN sobre la selección de San Marino –eternamente goleado en Europa- o la película Uno, de Gerardo Muyshondt, sobre el único gol en los Mundiales de El Salvador, el de Pelé Zapata, enquistado en medio de los diez goles húngaros en España 1982.
Proeza no solo es ganar una copa o un torneo: a veces es un empate 0-0, un gol o simplemente participar. Si “Next Goal Wins” tiene algunas cosas de “Uno”, también tiene otras de “Jamaica Bajo Cero” (Cool Runnings), la cinta sobre el equipo jamaiquino de bobsleigh que estuvo en los Juegos Olímpicos en Invierno, Calgary 1988.
Samoa Americana se había ganado con creces el mote de “peor equipo del mundo”. Cuando comenzó a rodarse el documental, los 13 partidos en su historia los había saldado con derrotas, casi todas con resultados catastróficos. No cualquiera pierde 15-0 con Vanuatu o 10-0 con Papúa Nueva Guinea. Comparado con ellos, Ánguila es el Santos de Pelé.
Pero el juego que marcó a esta selección fue el 31-0 contra Australia, en 2001, por las Eliminatorias para el Mundial 2002. “No me acuerdo si fueron 30, 31 o 32”, dice uno de los jugadores en el documental. De hecho, tanto fueron los goles que hasta el que manejaba el tablero electrónico del estadio Coffs Harbour, en Australia, llegó a confundirse y puso, por un momento, 32-0.
Durante mucho tiempo fueron la burla de todos, y el más victimizado fue Nicky Salapu, el portero receptor de los 31 goles. Si Ricardo Guevara Mora sufrió las consecuencias de la goleada ante Hungría, lo de Salupu no tiene comparación. Eso sí, eso no le hizo dejar su lugar aunque es cierto que desapareció por unos meses hasta que las aguas se calmaran.
Con aquella goleada ante Australia como un fantasma omnipresente, la cinta comienza narrando la preparación y posterior competición en los Juegos del Pacífico 2011, un equivalente de los Juegos Centroamericanos solo que celebrados en Nueva Caledonia, que además servía como fogueo para las Eliminatorias para Brasil 2014. Resultado: cinco jugados, cinco derrotas, cinco goleadas, ningún gol a favor.
Pero en realidad, el foco del documental está puesto en su participación en las Eliminatorias hacia Brasil y en cómo aquel equipo de torpes futbolistas amateurs que no podían aguantar más de una hora de partido sin acalambrarse y capaces de hacerse los autogoles más insólitos se convirtió en una selección de respeto hasta lograr lo más importante: ganar un partido. Uno.
“¿Alguien conoce el New York Times? ¡¡¡Hemos salido en el New York Times!!!”, les dice el entrenador Thomas Rongen a sus muchachos –algunos pescadores, otros guías turísticos u obreros- tras la histórica victoria 2-1 sobre Tonga. El técnico holandés, que jugó con Cruyff y dirigió a varios equipos de la MLS, fue el factor del cambio de mentalidad. Su llegada, un mes antes, fue bastante insólita. Se habían quedado sin entrenador y la federación de Samoa le pidió ayuda, a través de una carta, a la Federación de los Estados Unidos. Esta aceptó e hizo una convocatoria abierta para a todos los entrenadores del país. Solo se presentó uno, Thomas Rongen, que aceptó la aventura hasta convertirla, en sus propias palabras, en “la experiencia más maravillosa de mi vida”.
“Next goal wins” -aún no está disponible en Netflix, fue editada en DVD y se vio en varios festivales internacionales de cine- toca las fibras más íntimas y proclama al fútbol como elemento redentor. Además de Thomas Rongen y la transgénero Jaiyah Saelua, el otro gran protagonista del documental es Nicky Salapu, el portero de los 31 goles, quien volvió del retiro y abandonó su tranquila vida en Seattle para regresar a su país y a la actividad hasta redimirse con esa victoria sobre Tonga que hizo que Samoa Americana ya no sea la peor selección del mundo en el Ranking FIFA.