Es el relato íntimo de la primera temporada de Pep Guardiola en el Bayern Munich. El exatleta olímpico y periodista, Martí Perarnau cuenta en el libro “Herr Pep” la creación del Bayern ya con el técnico catalán al frente. Guardiola es un personaje extremadamente interesante pero también una persona privada. No mantiene contacto con la prensa, a menos que sea a través de las conferencias de prensa vinculadas a los partidos.
Ahí es cándido, amable y comprensivo con los límites que sus reglas marcan ante la prensa. Atiende sin problema y responde a cada pregunta de la sala. Cuantas fueran necesarias como correspondencia por cerrar la puerta de su trabajo cotidiano.
En este contexto el acceso con el que cuenta Perarnau para escribir su libro, es único. La posibilidad de compartir con Guardiola y el Bayern detrás de las puertas que lo protegen del mundo. Así, durante toda la primera temporada. El reto para Guardiola era superar lo hecho por Jupp Heynckes, su antecesor. No podía ganar nada de mayor jerarquía que la UEFA Champions League que ganaron la temporada previa a su arribo.
Para el analista lineal, no repetir ese triunfo habría sido un fracaso. Lo fue, porque el Bayern perdió en semifinales ante el Real Madrid. Aunque ganó el título de Bundesliga siete jornadas antes del final de la temporada y se quedó con la Copa de Alemania y el Mundial de Clubes, para algunos Guardiola fracasó a su llegada. Fallaron quienes pensaron que Guardiola llegaba solo a ganar.
La llegada de Guardiola al Bayern Munich no responde al intento de superar los títulos conseguidos por Heynckes. Con él habían llegado a la cúspide tras escalar desde la base misma de la derrota. En mayo de 2012 el Bayern perdió la final de la Champions jugada en Munich, la Copa Alemana y fueron segundos detrás del Borussia Dortmund en la Bundesliga.
“En primavera del 2012 la situación (de Guardiola en el Barcelona) había cambiado sustancialmente, como ocurre tantas veces en el fútbol. Vacío y exhausto pese a haber ganado cuatro títulos más, las Supercopas de España y de Europa, el Mundial de Clubes y la Copa del Rey, Guardiola se despedía del Barcelona. Lleno de energía pese a perder todos los títulos, Uli Hoeness y Karl Heinz Rummenigge sabían que a Heynckes solo le quedaba un año más al frente del equipo y empezaban a buscar el recambio.
Fueron a por Guardiola en la final de la Copa del Rey en Madrid para dejar constancia de su interés. Heynckes ya les había comunicado que se iba y querían a Pep para el año siguiente”. En octubre de ese año le dijo a su asesor más cercano: “prepárate, he elegido Múnich”. Bayern aún jugaba la fase de grupos de la UEFA Champions League que ganaría siete meses después en Londres.
Para el Bayern, club que recibió a Guardiola con cinco Champions y 23 títulos de Liga, su llegada no era para hacerlos más ganadores. Ganar ya era consecuencia del carácter del club. Guardiola llegaba para darles una identidad. Perarnau así detalla su charla con Paul Breitner, leyenda del Bayern: “Estamos en la tercera fase del nuevo fútbol del Bayern. Durante décadas el Bayern jugó con el mismo sistema, la misma idea táctica con algunos movimientos diferentes.
Este sistema ya ha caducado. ¿Cómo podíamos cambiar nuestro fútbol anticuado por el fútbol de ahora? Con Van Gaal. Hizo jugar al equipo con posesión de balón y cambió algunas posiciones. Llegamos a jugar partidos con 80% de posesión pero sin ritmo. Era un juego correcto pero muy previsible.
Heynckes llegó a manenter el sistema de Van Gaal pero cambió la idea de tener solamente el balón. Había que desarrollarla con velocidad, con cambios de ritmo. Pep Guardiola llega para liderar la tercera fase. Ahora pasamos al movimiento fluido y sin cesar. Estamos en el camino de jugar como el Barça hace dos o tres años”.
El libro “Herr Pep” recoge el camino de una temporada de aprendizaje para un club histórico que a pesar de los años y triunfos, aún buscaba algo fundamental en el fútbol: identidad. Un club como el Bayern, gigantesco, buscando un sello. Así lo dice Perarnau “Durante décadas se han celebrado grandiosos triunfos en la sede del Bayern, pero si los orgullosos y triunfales bávaros llamaron a Pep no fue por capricho, sino para obtener de él la identidad futbolística, el sello, el camino, el idioma que les hiciera reconocibles y hegemónicos”.
El ultrapoderoso Bayern Munich reconociendo que su meta es encontrar el camino. La tercera fase.