Diez veces Metapán

Los caleros conquistaron su décimo campeonato, tras ganarle este domingo al ??guila en la final del Apertura 2014

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Jugadores de Metapán celebran con la copa tras ganar el campeonato de Apertura 2014.

/ Foto Por Jaime Anaya

Por Wilfredo Hernández | Twitter: @wilhernandez68

2014-12-21 4:30:00

SAN SALVADOR. Tricampeón. Isidro Metapán exigió un puesto entre los grandes del fútbol salvadoreño este domingo, tras ganarle al Águila desde los penaltis la final del torneo Apertura 2014 y llevar a la ciudad calera la décima copa en su historia. Las mismas que Luis Ángel Firpo… Las mismas que Alianza.

Tuvo que esperar Metapán poco más de dos horas para alzar su campeonato número diez. Tuvo que pasar la agonía de los penaltis, la parada de Benji Villalobos a Josué Odir Flores y el yerro de Nicolás Muñoz para celebrar tras la anotación de Milton Molina en el último penalti, combinado con las tapadas de Fidel Mondragón, un campeonato que estuvo a punto de dejar en la fase regular, de la que clasificó cuarto.

A partir de hoy, la historia de Metapán es de triunfos, cosechados en apenas siete años, mismos en los que no se cansa de ganar, a pesar, incluso, de llegar a las finales sin la etiqueta de favorito, o de jugar “de visitante”. Como ayer y siempre. 

Sin embargo, Metapán sabe su oficio, el de finalista. Sabe dormir el juego, agazaparse, dar la impresión de estar dominado, cuando es al revés. Espera, espera… Y cuando el contrario cae en la trampa, hace daño, mucho daño. Esa fue la historia ayer con Águila, la misma que se repite en las finales de Metapán.

Quizás el juego de ayer no fue el esperado. O quizás sí. Una final al estilo calero. Muchas piernas en el centro, retrasado, contragolpes rápidos y oportunidades de gol esporádicas.

Esa cerrazón en el medio calero ayer obligó a Gilberto Baires y Óscar Cerén, los más habilidosos de Águila, a retrasar el pase para intentar, una y otra vez, comenzar la presión desde atrás, pero siempre moría en alguna pierna metapaneca. En Narciso Orellana, en Cristian Sánchez, en Marvin Monterrosa, que inmediatamente salían hacia adelante, donde esperaban Héctor Ramos o Romeo Parkes para meter los nervios en la zaga migueleña.

Pero Águila estuvo atento. Con un gran Eder Arias comandando la zaga y conteniendo al peligroso delantero boricua Ramos.

Y volvía a lo mismo Águila. Salir desde atrás, transitar el balón en el medio, por los laterales, de izquierda a derecha, pero con respeto a la presión calera. 

Los migueleños no se veían cómodos. No tienen el oficio de presionar de los caleros. Lo intentó Cerén, lo mismo Baires, pero ellos están para atacar, no para recuperar.

Por eso el primero en asustar fue Metapán, con un tiro de Sánchez que se fue cerrando y Benji Villalobos sacó a córner.
Águila, apenas al 17? intentó con un opaco Marlon Trejo, pero flojo a las manos de Mondragón.

El partido no estaba para emociones. Lejos de las porterías, como apostando, desde el principio, a la prolongación. Soporífero, sin apenas emociones, la única clara, otra vez de Metapán, fue al 29?, cuando Ramos estrelló su disparo en el poste. Dos minutos después del tiro centro de Baires que sacudió las redes por el lado de afuera. De ahí, a dormir de nuevo hasta el descanso.

Sin cambios

El complemento no cambió en nada el partido. Lo mismo de los primeros 45 minutos. Juego lejos de las porterías, disparos tímidos. Águila intentando, Metapán inquietando.

La tuvo Ibsen Castro, pero su cabezazo se fue arriba. Parkes también, pero mucho se tardó en el área metapaneca y permitió la reacción rival.
Monterrosa asustó a Villalobos con un tiro cruzado, pero el partido seguía lejos de hacer despertar a la afición.

Lo hizo la afición al 28?, pero no surtió efecto en la cancha; ahí, se seguía con el respeto mutuo. Con la dormidera.

Jorge Rodríguez trató de proponer al frente. Mandó a Nico Muñoz por Peraza y los caleros ganaron en ataque. Messina, en Águila, siguió fiel al esquema; Calheira por Fraser y los migueleños no mejoraron. 

Y los noventa minutos terminaron dando la impresión, desde ahí, que el partido estaba para penaltis.

Álvaro Lizama se atrevió a inquietar a Mondragón tras una combinación con Baires, pero nuevamente la pelota, terca, se fue afuera.

Llegó el primer tiempo extra quizás con mejor disposición de Águila, pero los 15 minutos fueron más de lo mismo y dejaron poco para la crónica.
Todo quedaba para los últimos 15?. Para el título para cualquiera. Y estuvo a punto Metapán de lograrlo, cuando Nico Muñoz, que nuevamente desde la banca definía el partido, se quitó la tímida marca de Marcelo Posadas en el área, giró y con tiro suave venció a Villalobos. Era el 113? y Metapán ya se veía celebrando.

Pero no contó con la reacción de Águila, que siete minutos después, tras la enésima descolgada de Cerén dejó el balón a Baires y en el único tiro a marco de los aguiluchos emparejaba el marcador. De nuevo a la lotería; de nuevo al sufrimiento.

Y ahí surgió la gran figura de Fidel Mondragón. Comenzó tapándole el disparo a Calheira, sufriendo la anotación de Henry Romero, volvió a frustrar a Posadas y regresó al sufrimiento con Cristian Bautista, para vestirse de héroe parándole el disparo a Baires a mano cambiada.

Y Metapán repitió su alegre historia de finales ganadas desde el manchón de penal. No ha pedido ninguna. Águila, en cambio, no sabe cómo ganar desde esa distancia, ayer lo volvió a sufrir.

Fue la tarde noche para el portero calero, pero también lo fue para todo un equipo que se volvió grande, que hoy puede presumir un tricampeonato que pocos lo pueden hacer. Águila, en tanto, seguirá esperando su ansiada 16.