Como gigante. Así terminó la final Fidel Mondragón. Protagonista en el arco. Figura metapaneca. Artífice final del tricampeonato. Un sueño: la décima para los caleros y el guardameta jaguar que atajó tres penaltis para guiar al equipo hacia el ansiado triplete.
No hubo más que esa realidad. Mondragón se convirtió, en la sentencia máxima, en el hombre sobre quien recayó la última responsabilidad para levantar el título y cumplió. Tapó los tiros de Ronaille Calheira, el primero; Marcelo Posada, el tercero; y Gilberto Baires, el quinto y definitivo (3-2 en penales, 1-1 en tiempo reglamentario y extra), con el que el equipo saltó a la gloria.
Para Mondragón, alcanzar una nueva corona, la tercera en una final definida desde la sentencia máxima, significó un gran premio. El portero metapaneco, quien aseguró reiteradamente “todos, todos, todos somos los héroes”, solo jugó seis partidos durante el Apertura 2014, incluyendo la final, y nada más recibió dos goles hasta semifinales.
“Mondra” apareció en la jornada cuatro, ante la UES (1-0); en la 10, contra Marte (2-1); y tomó la continuidad a partir de la fecha 18, la última del torneo regular, ante Alianza (1-0). Y jugó las “semis” ante Santa Tecla (0-0 y 2-1).
La final fue así un momento de plenitud para el meta calero. Tuvo poca acción en la primera parte. Un disparo, a los 17?, de Álvaro Lizama llegó suave a sus manos. Mientras Baires (30?) intentó asustarlo, con un remate a su costado izquierdo. Además, mantuvo la comunicación con la última línea, en los tiros de esquina.
En el complemento, recibió la presión de Óscar Cerén, quien intensificó sus llegadas al área y tuvo más profundidad. Y Lizama, por su parte, tuvo la más clara al 73?, con un remate a puerta que se fue muy cerca de la base del poste derecho de Mondragón.
Pero la historia estaba escrita y el juego se prolongaría. La experiencia de Fidel, de finales anteriores, también se hizo sentir y siempre mostró la entereza y plenitud de un partido de estas características. Sobre todo porque cuando parecía que la anotación de Nicolás Muñoz estaba dando la corona (113?), fue el mismo Baires quien en el último suspiro (119?) cambió de nuevo el panorama para llegar a penales.
“Era lo que Dios nos iba a mandar y había que respetar esto, había que estar tranquilo, humilde y después gracias a Él se nos dieron las cosas”, afirmó.
El resto… fue el principio del fin. El de la corona. Mondragón cumplió y se creció. Y estuvo íntegro hasta atajar el penalti de la corona 10.
“Hay que hacerlo bien, porque es tu trabajo, no es que seás héroe, figura, no. Para eso trabajás, entrenás, te luchás. Dios nos ha dado esto y ahora a disfrutar, estamos muy contentos”, manifestó.
El guardameta, que al igual que al principio del juego recibió los abrazos de sus hijas, no paró de bailar con ambas, de festejar, de celebrar. “Muy importante, estábamos compenetrados y luchamos hasta la final. Un título para todos. Es un grupo que demostró que es uno para todos y todos luchar por un solo objetivo. Luchamos contra un gran rival y en penales nos tocó resolver”, expresó un “Mondra” que reiteró que la clave de todos es “la humildad”.