El apellido Arana es muy conocido y respetado en el ciclismo de montaña de El Salvador. Y no es para menos, Mauricio y Josué Mauricio, padre e hijo, ya están acostumbrados a celebrar títulos nacionales e internacionales en esa modalidad.
Eso requiere disciplina y constancia; por eso, es común encontrárselos entre las veredas del Parque Bicentenario, en pleno entrenamiento.
Josué Mauricio ya logró sus primeros frutos. Terminó el 2014 en primer lugar de la categoría Junior del ciclismo nacional, en donde junto a su padre, Mauricio, con más de 20 años de experiencia en esta modalidad del MTB, ha llorado y ha celebrado en las diferentes competencias nacionales e internacionales.
Josué inició motivado por su padre en este deporte en las montañas de Atiquizaya y, paso a paso, ha ido desarrollándose hasta alcanzar un nivel muy competitivo dentro y fuera del país.
“Mi primera carrera fue en una ciclovía y quedé en primer lugar cuando tenía 8 años y la última que he corrido fue en diciembre en Tegucigalpa, Honduras, en una carrera muy técnica y fuerte en su recorrido, la llaman rompe piernas, quedé primero siempre en junior”, contó Josué.
Por su parte, Mauricio dedica gran parte de su tiempo para entrenar a su hijo en lo técnico y salen juntos a pedalear para mejorar la parte física.
“Uno de mis propósitos es seguir entrenando a Josué para que cuando llegue al nivel elite lo haga con la preparación necesaria, con las exigencias deportivas que se requieren”, dijo Arana padre.
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