Portadas para la construcción

Una columna de Fernando Palomo

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El jugador del Barcelona Lionel Messi y los jugadores del Real Madrid, Toni Kroos y Pepe.

/ Foto Por EFE

Por Fernando Palomo | Twitter: @Palomo_ESPN

2014-11-02 5:31:00

Las portadas. Curioso disparador para un ejercicio que lleva a una conclusión: una portada puede ser como una piedra, suavemente colocada y ayuda a construir. 

Brutalmente lanzada podría convertirse en un arma contundente. Arrastrados por las primeras plantas del sábado 25 de octubre, el día del Clásico español. Los periódicos nacionales de mayor circulación se refieren al partido en primera plana. 

El día siguiente es lo más destacado y con amplios titulares. Revisando las primeras páginas de la prensa en Latinoamérica encontramos lo mismo y más obviamente si el periódico se especializa en deportes. El Clásico español es el partido más universal del fútbol, sólo después de la final de un Mundial. Año tras año es el partido de mayor atención. Es de ineludible atención. 

Oportunistas los comentarios que pretenden responsabilizar a los medios que prestan atención al partido más importante del actual contexto del fútbol nacional. La realidad aparente es que en El Salvador hay más hinchas del Barcelona y del Real Madrid que de los equipos nacionales. 

Son dignos pero pocos quienes puestos a elegir, invierten en la pasión por su equipo nacional como lo hacen por estos dos equipos españoles. 

Es la realidad. Molesta, incómoda, ingrata. Una realidad que no debe ser esquivada una vez más. En esto poco pero en algo tienen que ver los medios. Indudable es que las portadas venden el contenido del periódico y el contenido corresponde a una audiencia. Hablo de periódico como referencia de un medio, podría hablar de programa de radio o televisión. La portada es el rostro del contenido. El medio en su espacio desarrolla las noticias de acuerdo a la relevancia. La misma se la da su audiencia. ¿Qué quiere consumir el interesado?

Hace más de veinte años que el aficionado al fútbol tiene acceso a un fútbol distinto al nuestro. Muy distinto. Con mejor color, más rápido, mas glamoroso. Que el fútbol nuestro no compita con este juego no es responsabilidad de los medios. Es el resultado de la poca atención a las variables que generan identidad con el fútbol nuestro. Vázquez Montabalbán recuerda a Nietzsche en “Fútbol. Una religión en busca de un dios”: “hay países que han nacido para hacer historia, otros para padecerla”. En el fútbol salvadoreño aplicaría creer que estamos sólo para admirar la historia de otros. 

Se puede corregir y hacerlo sí es tarea de los medios de comunicación convertidos en medios de construcción. Sin alejarse de la obligación de contar las historias desde un lugar de equilibrio y responsabilidad. Sin proteccionismos ciegos a la realidad de un fútbol global. Sin necesidad de subirse a los barriles a tirar confeti, pero construyendo. Desde el convencimiento que la perseverancia puede mover montañas. Los medios en función de la creación de una manera nueva de hacer fútbol. 

Debatir es parte de la formación de la identidad futbolística. Proponer los debates debe ser obligación de los medios. Así volvemos al Clásico. Del español a debatir sobre el Clásico nuestro, o los clásicos nuestros. En los setenta hablar de Clásico en El Salvador era hablar de Alianza-Aguila y no eran los más laureados en aquel momento como sostiene una tesis que define a los Clásicos sólo entre los más ganadores, Aguila-FAS.

Equipos que eran en los setenta los más ganadores y no era considerado su cruce como Clásico en la prensa de aquellos años. El Clásico es también el partido de mayor atracción en un país. Saludable es que exista el debate para definirlo y que permanezca abierto sin absolutismos que lo limiten. Que sea para defender el Clásico nuestro, uno que corre en desventaja ante el Clásico español. El partido de mayor atracción en El Salvador.

El Clásico de El Salvador.Puede El Salvador respetar su propia historia siempre que se proponga estudiarla y alimentarla antes que la historia que a la distancia contempla. Somos una sociedad en busca de nosotros mismos, de lo que somos y lo que nos hace. Se puede construir incluso desde el sello que más nos hermana: el fútbol. Es cuestión de proponérselo, no de portadas.