“En los torneos que realizamos, he llegado a anotar de 80 a 100 goles. El gol me sigue y siempre he estado anotando… he sido campeón goleador dos veces”. La declaración es sorprendente e inusual para un hombre que perdió su pierna derecha, pero es propia de un jugador que toda su vida ha sido delantero y tiene el olfato goleador como carta de presentación.
Ese es Carlos Ayala, un futbolista joven que forma parte de la selección de amputados desde hace cuatro años. Ese mismo que lleva la camiseta con el dorsal 11 en su espalda y que se sigue preparando para que sus goles aparezca en el Copa del Mundo. Será la segunda a la que asistirá y espera aportarle convirtiendo.
“Queremos hacer un buen torneo a nivel Mundial y dar todo lo que tenemos, pretendemos ir a México con mejores expectativas que la anterior ocasión en Rusia”, dijo.
“Espero poder dar mis goles en el Mundial, para hacer un buen papel, es lo que pretendemos todos”, añade.
Este oriundo de Jucuapa, Usulután, y quien trabaja en un laboratorio de órtesis y prótesis, viaja a los entrenamientos “gracias al apoyo de la familia y con lo poco que gano”, según cuenta. Además, en su trabajo son accesibles y lo dejan que asista a las prácticas.
Ayala espera que la afición los apoye y confíe en su trabajo: “Siempre tratamos de que las personas vean la vida de distinta manera y sigan adelante, tal y como nosotros lo hicimos. Nuestro ejemplo sirve para todos. Además de jugar fútbol, lo usamos como rehabilitación, siempre somos positivos, alegres, bromeamos, tenemos gran espíritu y somos muy positivos”, confiesa.