¿Qué pasó con Neto Gutiérrez?

Zaguero central, formado en las inferiores de ADET y subcampeón con ese equipo en el Clausura 2000; seleccionado nacional de 2002 a 2004

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Foto Por edhdep

Por Carlos Vides | Twitter: @celvides

2014-11-16 9:36:00

El fútbol, a veces, es cuestión de sangre. De herencia. Así comienza la historia de Ernesto Gutiérrez. “Desde pequeño siempre jugué fútbol, por mi papá. Él jugó en Firpo (don Efraín Gutiérrez). Es hereditario”, comenta entre risas. “Pero mis comienzos fueron desde las infantiles del ADET, así fui ascendiendo hasta llegar a la Mayor”, recuerda. 

Ernesto habla de la Asociación Deportiva El Tránsito (ADET), el proyecto integral futbolístico que impulsó don Héctor Palomo Sol, donde buscó que los jugadores se formaran tanto en el deporte como a nivel académico, un esfuerzo que resultó en un importante grupo de futbolistas que nutrió de talentos a la Primera División por muchos años. 

Gutiérrez formó parte de esa generación, y fue escalando hasta el equipo venado de Primera. Y, además, tuvo el privilegio de protagonizar una de las finales más recordadas de los últimos años: la de los 21 penaltis ante Firpo. 

En esa insólita final, el argentino Juan Quartarone dirigía al ADET, y en el banquillo firpense estaba el chileno Julio Escobar. El partido terminó 1-1 y luego no jugaron fútbol, sino que corrieron una maratón desde la mancha de cal, en una extenuante ronda de penaltis que terminó 10-9 a favor de los pamperos, que ganaron así su octava corona. 

A Gutiérrez, que pateó el séptimo penalti de su equipo y lo metió, le tocó ver cómo el equipo donde hace décadas jugó su padre festejaba. El fútbol, a veces, es sarcástico.

Además, en esa etapa con ADET, Ernesto vivió un duro momento, “fue muy difícil la muerte de mi madre, me marcó hasta el punto que dejé de jugar un par de meses. Luego retorné” al deporte activo, recuerda. 

Recorrido

La etapa en los venados era solo el comienzo de una trayectoria larga en el fútbol salvadoreño. Aunque había sido delantero en las infantiles y juveniles del ADET, ya en los venados en la Mayor se hizo fama de eficiente central, y esa calidad pasó a exhibirla al Municipal Limeño (2001 a 2004), para luego regresar a la capital con la “mutación” del ADET, el ahora extinto San Salvador. Entonces, a ese equipo de blanco y negro se les llamaba “panteras”, y Gutiérrez se vistió de felino hasta 2007. Luego vino un corto paso por el Chalatenango, hasta que regresó al San Salvador en 2008. 

Después, el fútbol lo llevó al occidente del país, con el Once Lobos de Chalchuapa (2009), y su último equipo fue el Santa Tecla, de 2009 a 2011. Curioso: Al año siguiente de su retiro, el equipo “de las colinas” lograría su ascenso a la Primera División. El fútbol, a veces, es ingrato.
Gutiérrez siempre fue un zaguero recio y efectivo, difícil en el uno contra uno y aguerrido en el juego aéreo. Esas condiciones llamaron la atención del técnico Juan Ramón Paredes, quien lo llevó a la Selección Mayor entre 2002 y 2004. Lastimosamente, una lesión minó sus primeros pasos con la Azul, aunque luego disputó juegos de eliminatorias mundialistas hacia Alemania 2006.

¿Qué hace?

El fútbol siempre fue la pasión de Ernesto Gutiérrez, pero poco a poco, las responsabilidades de estar casado y tener a sus hijas lo fue acercando a la decisión de abandonar los tacos para buscar otra forma de ingreso. 

En 2011, cuando militaba en el Santa Tecla (en Segunda División), apareció la oportunidad de ingresar al mundo de la publicidad, como ejecutivo de ventas de ARTE IMPRESO, compañía que le abrió las puertas y donde se mantiene hasta hoy. “Me salió esa oportunidad muy buena y no la iba a desaprovechar. Opté por el retiro y es donde estoy laborando”, dice con orgullo Gutiérrez, quien está dedicado de lleno a su empleo y a la felicidad en la crianza de sus tres hijas. 

Viendo al pasado en su carrera, Ernesto dice que su gran satisfacción es “la alegría de haber jugado con la selección fuera del país”, en la búsqueda por clasificar a Alemania 2006. 

Y del nivel actual del balompié salvadoreño, Gutiérrez considera que “el nivel futbolístico en nuestro país ha bajado, lo que se ha perdido es la identidad de los equipos”.