Adiós tiempo pasado

La frase -todo tiempo pasado fue mejor- no indica que antes sucedían menos cosas malas. Ernesto Sábato, El túnel, 1948.

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Nuestro último Mundial: España 1982. Foto EDH

Por Fernando Palomo/ Twitter: @Palomo_ESPN

2014-11-30 5:27:00

Los campos salvadoreños de los años pasados, esos rocosos y polvorientos terrenos de fútbol adonde la pelota rebotaba a placer, no al gusto del remitente. De esos terrenos salieron muchos de los grandes jugadores que ha dado el fútbol nacional y en esa época surgió el mejor de todos. De esas encantadas canchas empedradas salían jugadores como flores en jardín. El recuerdo de esos años que no volverán es quizás el que a algunos les impide pensar en el futuro y seguir esperando de brazos cruzados hasta que de esos empedrados salgan flores como antes. 

Existen quienes reclaman al futbolista de hoy la viveza que el de antes sacaba del juego en el adoquín, si hoy apenas y hay aceras. Hay quienes quieren seguir jugando a la velocidad del Atari, porque aquello también era divertido. Hoy los video juegos se generan en avanzados procesadores capaz de elevar la experiencia a un realismo inimaginable décadas atrás. Un pequeño aparato que cabe en el bolsillo del pantalón te abre la oportunidad de entrar en contacto con cualquiera, en cualquier parte del mundo, no falta quien busque la oficina de Antel más cercana. Porque Antel también hacía lo mismo, te comunicaba con el mundo. 

Esa absurda nostalgia exhibe a quienes no reconocen que del pasado se aprende, pero no se vive. 

En el fútbol de hoy, en el mundo de jugadores de Playstation que abundan en la alta competencia, no se puede jugar en maquinitas de una Plaza Alegre que ya no existe. Tiene que evolucionar la línea de pensamiento y creer que los pasos hay que darlos urgentemente para apenas ponerse al día. El Salvador no puede ser arrastrado a vivir del recuerdo, aunque el pasado sea de alegrías. El contexto de la región con la que compite el fútbol nacional ha cambiado. 

El desarrollo era similar a su competencia. El Salvador en muchas áreas, ha perdido competitividad. No puede ni debe seguir cargando el lastre del recuerdo y evitar que frenen los esfuerzos por mejorar el presente. 

Es lamentable que aún se admita la vigencia de ese indeseado exceso de equipaje dando pasos en un camino ya cerrado por el tiempo. El fútbol nuestro fue bueno, pero ya no lo es y habrá que aceptarlo. Fundamentalmente habrá que aceptar que de las piedras no saldrán flores como antes y que es obligado provocar un cambio en la forma de ver el fútbol para que cambie la forma de hacer fútbol. 

No es necesario recordar tiempos que dejamos atrás para que el mañana sea diferente. No será repitiendo la receta que nos lleva a dos Mundiales la que sacará al fútbol nacional adelante. Debe cambiar el discurso.