Viáticos y premios, ejes de eternos conflictos

OPINI??N Los jugadores de la Sub 21 se quejan de que recibirán solo 54 dólares por viajar a Dallas a un amistoso. ¿Tienen razón?

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Diego Coca (12) y ??lvaro Lizama (7), ambos jugadores de ??guila, han tenido problemas para incorporarse a los entrenos de la Sub 21.

/ Foto Por Archivo

Por Claudio Martínez - Twitter: @martinezchino

2014-10-16 10:40:00

Hasta hace poco, los conflictos de dinero entre las diferentes selecciones nacionales y la Fesfut –algunos públicos, otros privados- se circunscribían, en la mayoría de los casos, a negociaciones por premios y viáticos antes de las competiciones oficiales. Incluso sabemos de amenazas de huelga y de intentos de no viajar a determinada competición de no haber arreglo…  Ahora, sin embargo, con el caso de los jugadores Sub21 que se quejan porque sólo recibirán 54 dólares por un viaje de tres días en Dallas me parece que se va demasiado lejos. Ya hasta un amistoso en Estados Unidos puede ser el detonante de otro pulso.

Esta vez no estoy del lado de los jugadores. A mí, a diferencia de lo que opina la mayoría, no me parece un insulto que un jugador Sub21 reciba “apenas” 18 dólares diarios de viáticos. Primero, porque en realidad ese dinero al que llaman viáticos no es tal… En todo caso es dinero “para gastos de bolsillo”. Normalmente los viáticos son para pagar alojamiento, comida y transporte, algo que ningún seleccionado deberá abonar. Como se sabe, eso lo provee la organización o la misma Fesfut. Ningún jugador paga de su bolsa un almuerzo, una habitación de hotel o un taxi… Y si alguna vez se ha dado –legionarios que llegan antes que el grupo, por ejemplo-, luego se les reintegra.

Es decir, durante los tres días que estén en Dallas los jugadores no necesitarán gastar un tan solo dólar de esos viáticos. En otras épocas, cuando la tecnología no estaba tan avanzada, el primer gasto obligado que hacían los jugadores con el dinero de los viáticos era comprar una tarjeta de teléfono de 20 dólares para hablar con sus familiares desde un teléfono público. Ahora ya no. Todos tienen tablets o smartphones, utilizan el Wifi gratis del hotel para hablar con sus familiares y amigos por Skype, Whatshapp o cualquiera de esas otras aplicaciones.

En definitiva, ese dinero llamado “viático” no es otra cosa que un premio encubierto, una cantidad de efectivo que recibe el jugador para gastar a placer en lo que quiera: ropa, tecnología, regalos para sus familiares, o ahorrarlo íntegramente, ya que muchas veces ni siquiera tienen tiempo de salir del hotel. Está perfecto. No se cuestiona. De hecho, en todas partes del mundo funciona así, aunque las cifras varían considerablemente dependiendo del país. No es el mismo dinero el que recibe un mexicano, cuya selección cobra más de un millón de dólares por partido amistoso, que los de República Dominicana, que vinieron a jugar su amistoso al Cuscatlán sin recibir un centavo. Es más, hay juegos oficiales, como algunos que hacen los clubes salvadoreños en Copa de Campeones de Concacaf, sobre todo los que se hacen a países limítrofes, en que se viaja en bus y a los jugadores no se les da dinero de viáticos.

El jugador debería aceptar lo que le den –en este caso los 18 dólares diarios que estipule la tabla de viáticos para este tipo de amistoso- sin quejarse, porque lo más importante para él es jugar en la Selecta. Si además puede ahorrar un dinero gracias a eso, mucho mejor. Eso sí, no se entiende por qué los directivos –que viajan en las mismas condiciones- a veces tienen viáticos que triplican el de los jugadores.

El caso de fútbol playa es especial. A los jugadores se les paga incluso cuando están concentrados a modo de compensación, ya que cada día de entrenamiento implica un día de trabajo perdido, sobre todo para aquellos que viven de la pesca. Pero eso no ocurre con los seleccionados tradicionales. Ningún club le descuenta el día de trabajo a un seleccionado por haber representado a su país en vez de estar entrenando con sus compañeros, la FIFA no lo permite. Por lo tanto, una vez más, el viático funciona como “ingreso extra”.

Pero no hay que confundir las prioridades. No olvidar que parte de este plantel Sub21, aquellos que consiguieron la histórica clasificación al Mundial Sub20 de Turquía, estuvo a punto de no viajar a los Juegos Centroamericanos de San José de Costa Rica por un conflicto de premios con la Fesfut apenas un día después de la llegada triunfal de Puebla.

El dinero corroe todo, por eso conviene tener claros los conceptos. En mi opinión, el “poco dinero” de los viáticos de los juveniles no es pecado mortal, aunque sí ha generado conflicto y roces, además, posiblemente, desconcentrado a los jugadores. Considero mucho peor cuando un presidente de un club decide dejar a sus jugadores a medio sueldo o un equipo que adeuda dos meses a sus jugadores. Eso sí es grave, porque ahí sí está en juego la comida de él y su familia. Ya contaba con esa plata y, de repente, no la tiene. ¿Los viáticos de los seleccionados? Es un dinero extra que reciben los jugadores si son llamados a la Selecta: ninguno contaba con él antes de la convocatoria o del anuncio del amistoso en cuestión.  

Nadie dice que los jugadores no piensen en dinero ni que dejen de pelear por lo que consideren justo. Es lógico. Por eso, lo mejor para todos –al margen de los viáticos que estipula la Fesfut en una tabla ya establecida- es acordar premios por objetivos. Tanto por ser campeón, tanto por clasificar a los Panamericanos, tanto por pasar cada ronda eliminatoria en el camino a Rusia 2018, tanto por avanzar de fase en la Copa Oro… Todos ganan. Cuando más lejos llegue la Selecta, más dinero recibirá la Fesfut y por lo tanto podrá cumplir con lo pactado. Por eso, como escribí alguna vez, no es descabellado ofrecer 500,000 dólares a repartir por meterse en la hexagonal de Concacaf y 1.5 por clasificar al Mundial, porque el dinero que entrará sobrepasará largamente esta cifra. Y, lo más importante, todos estarán motivados.