SAN SALVADOR. No hubo bombos, no hubo cánticos, tampoco grandes banderas. Solo el grito de unos pocos, los mismos de siempre, los aficionados de corazón quienes hicieron que el partido en el Cuscatlán no se viviera en una completa soledad y en el que Marte terminó venciendo (2-0) a Pasaquina.
Un triunfo marciano sin discusión. Aprovechó las oportunidades que se les presentaron y castigaron a los orientales, su falta de concentración, en ataque y defensa.
El clima, sin amenazas de lluvia y la cancha, en buen estado, se prestaron para tener un juego dinámico, que vino de menos a más, después de superar los primeros quince minutos, desordenado y lleno de imprecisiones.
Poco a poco fueron apareciendo las llegadas de peligro, con un trámite de ida y vuelta, pero al que le faltó claridad a gol. Solo hubo disparos de media distancia, que en su mayoría se fueron desviados.
Hasta que al 25’, los marcianos metieron la primera. De un tiro de esquina vinieron una serie de rebotes y rechazos, el cual terminó definiendo de pierna derecha el colombiano Carlos Parra, en el área chica, bajo cierto atenimiento defensivo de los jugadores burros.
Jorge García, técnico de Pasaquina, realizó rápido dos sustituciones para fortalecer la zona media, la cual pasó a perder varios balones, en un periodo de dominio marciano, que pudo ampliar el marcador, pero no sabían culminar, con el juego colectivo.
En el segundo tiempo, Pasaquina mejoró en actitud, creó varias ocasiones, al adelantar líneas, pero también careciendo de definición y se descuidándose atrás, donde Marte en un contragolpe, marcó.
Wilbert Reyes, después de un minuto de haber ingresado, definió al 74’, con un “globito”, la asistencia que le hizo el colombiano Parra, terminando de esta forma una jugada que inició desde el área marciana.
Con el 2-0, los burros ya no pudieron reaccionar y más cuando sufrieron la expulsión de Carlos del Giorno, al 76’, por doble amonestación. Sentenciando la victoria, que hunde más al Pasaquina, en el último lugar, cinco puntos abajo de Marte.