Los restos de pizza en la mesa y los vasos a la mitad quedaban como muestras de la comilona entre amigos. En la TV un partido de fútbol viejo que nadie miraba, servía como contexto a la tertulia futbolera que se había iniciado citando a Soriano, Galeano y Salzano.
Mientras el Pelado se servía un “fernando”, empezó a relatar qué estaba haciendo el 22 de junio de 1986 y los ojos negros se le humedecieron. “Dicen que en el Azteca había 114.580 simpatizantes, entre ellos Villoro. Lo vi con mi viejo en un sillón. Nunca más volví a ver un partido de fútbol sin la esperanza de presenciar un gol similar…”.
El recuerdo de ese día, de aquel golazo de Diego a los ingleses en México volaba en el ambiente, hasta que el Flaco, que no había opinado aún al respecto de esa proeza deportiva, se paró y nos comenzó como a recitar.
“Para cien historias muertas quedan, sin embargo, una o dos historias vivas. Las evoco con precaución, a veces, no con demasiada frecuencia, por temor de gastarlas. Pesco una, vuelvo a ver los decorados, los personajes, las actitudes. De pronto me detengo: sentí el deterioro, vi apuntar una palabra bajo la trama de las sensaciones. Adivino que esta palabra pronto ocupará el lugar de varias imágenes que me gustan. Enseguida me detengo, pienso rápido en otra cosa; no quiero fatigar mis recuerdos. Es inútil; la próxima vez que los evoque, una buena parte se habrá cuajado”.
Al terminar este fragmento de La Náusea de Sartre, el Flaco lloró. Sí, lloró. “Aquel gol lo tengo intacto en mi mente, pero temo que el tiempo me desgaste ese bello recuerdo, de cuando el Diego recibió el pase de Enrique y superó a cuanto pirata se le cruzó en el camino. Perdón, muchachos, pero no quiero perder ese momento…”, dijo y nos dejó mudos. Una brisa entró por la ventana y sacudió las cortinas, mientras todos nos mirábamos sin pronunciar palabra.
Diez minutos más tarde, más o menos, con la voz entrecortada, el Gordo dijo: “Flaco, no tengas miedo, ese gol es eterno. A pesar de tu temor, nunca se perderá, porque el juego del ‘Diez’ está en la memoria del pueblo”.