La alarmante falta de público en los estadios de fútbol salvadoreño suele atribuirse, para mí en forma equívoca, al bajo nivel de los juegos, a la falta de seguridad, a la crisis económica, al descrédito general de su organización y a la intromisión de fútbol europeo. Ya he sostenido -en diversos artículos- que en mi humilde opinión el problema tiene que ver, más allá de las causas anteriores, con la falta de identidad, con la poca identificación de la gente hacia los colores de un equipo.
No volveré a insistir en eso. Más bien intentaré refutar la teoría de que la gente no va a los estadios por culpa de los medios de comunicación, que -según sostienen algunos, entre ellos varios futbolistas- “promueven el fútbol extranjero hasta el hartazgo en detrimento del nacional”. Lo hago desde mi posición de ex editor (me niego a escribir exeditor) de Deportes de El Diario de Hoy -desde hace cinco años estoy a cargo del departamento de revistas-, de panelista del programa radial Los Provocadores, de colaborador frecuente de la sección deportiva y amante del fútbol por sobre todas las cosas.
¿Tienen los medios la culpa de la locura del fútbol español en El Salvador? Es cierto que a veces puede haber un exceso y que Messi y Cristiano aparezcan más grandes y más veces en las portadas de nuestros periódicos que en El País, El Mundo, ABC o La Vanguardia, por citar algunos casos. Pero no creo que sean los responsables del despropósito en el que ha caído el fútbol salvadoreño.
Que un amante del fútbol -ya sea periodista o simplemente aficionado- vea y disfrute del fútbol internacional de elite no es un disparate. Es lo más lógico y coherente. Es ver su deporte favorito en su máxima expresión, ejecutado por los mejores del mundo. ¿Se imaginan a un escritor salvadoreño dándole la espalda a Shakespeare, García Márquez, Dostoiesvki o Cervantes simplemente porque son de otra nacionalidad? ¿O a un músico quejarse de que por culpa de Mozart, Lennon o Enrique Iglesias no le dan cabida? Pero vayamos por partes…
¿Los medios locales ignoran el fútbol salvadoreño? Para nada. En promedio, el contenido deportivo local en los periódicos supera en un 60% a 40% el del exterior. Es fácil calcularlo. Y ni hablar en los medios radiales, donde un 85% de la temática es de orden nacional. También en TV, donde incluso hay un programa de lunes a viernes, Fanáticos Plus, dedicado exclusivamente al fútbol doméstico, y otro, Sólo Fútbol, dos veces por semana. Aún así, no parece suficiente promoción para que la gente concurra a los estadios o los vea por TV.
En contrapartida, aquellos amantes del fútbol internacional -los intoxicados según Rubén Israel- cada vez la tienen más difícil. Antes tenían la Liga de España e Inglaterra gratis con el servicio regular de TV por cable. Ahora ya no: deben abonarse a Sky (lo cual implica más dinero), o tomarse el trabajo de verlo por Internet, con imágenes entrecortadas y un retraso de 30 segundos o ir a un bar y gastarse sus buenos dólares. A pesar de todo, lo hacen, porque no quieren perderse el espectáculo.
El mensaje de la afición es claro: si existiera una ley para proteger el fútbol nacional como la hay en Inglaterra, donde en determinadas horas no se puede emitir fútbol extranjero -el sábado solo pasaron 75’ del Real-Barca, por ejemplo-, la gente lo vería en su computadora por streaming. Aquí no hay nadie que esté todo el tiempo diciendo que el domingo juegan Valencia-Barcelona ni invitando a verlo, pero aún así la gente igual lo ve.
Por el contrario, en las radios nacionales no se cansan de invitar a la gente a ver fútbol nacional y los estadios siguen vacíos. Son pocas las entrevistas radiales donde un jugador no suplique a la afición que se acerque a apoyarlos…. Y nada: 200 ó 300 boletos pagados… 1,600 espectadores en el regreso de la Selecta al Cuscatlán, en agosto ante Dominicana.
Y eso que los periódicos promocionan los juegos de la fecha hasta con páginas completas. Otros rubros no tienen esa suerte. Las distribuidoras de cine que lanzan sus películas tienen que comprar un página entera de publicidad. El fútbol no. Pero aún así se considera a los medios de comunicación dentro de los villanos que no apoyan el fútbol.
Si se culpa a los medios de la crisis de identidad del fútbol salvadoreño es interesante aplicar esa lógica a otros órdenes. ¿Qué pasa en el mundo de la música nacional? El 95% de las canciones que emiten las radios salvadoreñas es de origen extranjero, pero nadie se queja de que los autores nacionales son víctimas de una injusticia o una campaña para dejarlos olvidados.
La realidad es que la globalización llegó para quedarse. Y la globalización, en este caso, es un amplio menú que ofrece de todo. Y con eso hay que competir, algo que no pasaba hace dos o tres décadas, donde aquí se veían estadios llenos y se decía que el fútbol era mejor. Probablemente sea cierto, pero la competencia era mucho menor… No había un Manchester United-Chelsea o un Real Madrid-Barcelona en vivo por TV, con 17 cámaras y con megaestrellas multinacionales destilando fútbol y glamour en cada ángulo.
Hoy Alianza, Águila, FAS y el resto de los equipos locales tienen que robarle protagonismo -o compartirlo- con el Madrid, Barca, Arsenal o Juventus del mismo modo que Álvaro Torres o los Hermanos Flores deben hacerlo contra Beyoncé, David Guetta o Pitbull. Puede sonar desigual y las enormes diferencias quedan expuestas… Pero esta batalla no se gana desde la calidad -que igual tiene que existir- sino desde la identidad. Un buen ejemplo es Firpo, un éxito de público en Segunda División en todas las canchas. Firpo no es más espectacular que el Madrid de Ancelotti ni más demoledor que el Chelsea de Mourinho, pero hay algo que identifica a esa afición con los colores que va más allá y por eso llegan a alentarlo. Y atención, eso no significa que sus seguidores renieguen del fútbol europeo ni que dejen de verlo…. Simplemente tienen otras prioridades.