Era julio del 2013. Esperaba a que poco a poco hicieran su aparición los miembros de la selección nacional que se disponía a participar en la Copa Oro. Había concluido la primera práctica de ese día. Jugadores y cuerpo técnico se dirigían de la Cancha #3 hasta el albergue.
Agustín Castillo, el popular “Chochera”, había dado de baja del plantel a Isidro Gutiérrez y decidía convocar a Mardoqueo Henríquez, cuya salida al fútbol de Lituania se frustraba apenas días antes. Afuera del Salón Joseph Blatter del complejo de la Fesfut, en una esquina, esperaba charlar con la Chochera. Llega, lo saludo y lo primero que le pregunto es: “¿Por qué has convocado a Mardoqueo?”.
Incómodo responde que necesita a alguien de su confianza en el equipo. Mardoqueo y Chochera pasaron varias temporadas juntos en FAS.
En ese momento el tema de los amaños era común sólo en el círculo íntimo del fútbol. Dirigentes, entrenadores y jugadores escuchaban los murmullos. Nadie de ese círculo hacía esfuerzo por terminar con los rumores o por conocer la verdad. En ese momento que me encontré con Chochera, yo estaba completamente convencido que el entrenador había sumado a su plantel a un jugador involucrado en el arreglo de partidos de la Selección Nacional. Le pregunté a la Chochera: “¿Sabes lo que se dice sobre Mardoqueo?”. El técnico se limitó a responder que sus experiencias con el jugador eran muy diferentes a lo que decían los rumores. Pero los rumores los había escuchado.
Castillo había reemplazado a Rubén Israel como DT de la Selecta. El cuerpo técnico del uruguayo también conocía del murmullo. Habrían pretendido frenarlo y dejaban sin convocatoria a varios nombres que estarían más adelante en la lista de jugadores suspendidos. Pero seguían entregándole la cinta de capitán a Dennis Alas. El mismo cuyos mensajes de texto con el portero Dagoberto Portillo fueron revelados por la Fiscalía General de la República. “Ya le dije que lo mismo contra México podemos hacer” le dice Alas. “Pues sí, ya está el billete”, continúa.
Temiendo que en el plantel existan jóvenes que los puedan denunciar Alas le exige a Portillo que no arriesgue el acuerdo: “Mirá bien a quiénes les van a decir”. Lo último que se divulga de la comunicación es la respuesta de Portillo: “Ya los tenemos, sólo 6 veteranos”.
El tema de los amaños pasó de ser un punto de conversación sólo común entre el mundillo del fútbol, a ser la mayor vergüenza en la historia del deporte salvadoreño.
Eso fue hace un año. Investigaciones de prensa revelaron la gravedad del tema.
El murmullo llegó a ser un grito en el cielo reclamando justicia. “Amaño” el punto de conversación de El Salvador. Un año después de que la investigación periodística pasara a ser una investigación judicial, la FGR acusa de lavado de dinero y asociación ilícita a once jugadores del fútbol nacional. En equipo de fútbol. La investigación fue tras la pista de jugadores que recibieron dinero para condicionar su participación en partidos de la Selecta. No fueron a investigar e inculpar a la Selecta. Culpables fueron los jugadores mencionados.
La Selecta es un símbolo de la cultura nacional. La representación de lo mejor del deporte más popular en El Salvador. La camiseta de la Selecta nos viste de salvadoreños. No se hace patria con un triunfo o una derrota, pero es un distintivo nacional. Hay una afinidad por la selección nacional equivalente al sentido de pertenencia de la nacionalidad. Salvadoreño y de la Selecta. No se sigue a la Selecta, se es de la Selecta.
Cuesta creer que uno de sus partidos convoque sólo a 1864 personas con boleto pagado. Cuesta creer a quienes culpan al citatorio de la FGR de provocar la pobre entrada. Quizás los mismos que cuestionaron que el tema de los amaños se destapara en plena Copa Oro y estando al tanto lo escondieron.
La coincidencia entre el hecho judicial y el evento deportivo me lleva a una interpretación: el aficionado castigó al distintivo nacional en representación de los nacionales que lo traicionaron.
Los amaños le harán daño al fútbol salvadoreño hasta que desde el fútbol mismo se quiera cerrar un capítulo antes de escribir su última página.
Al presidente de la Fesfut que dijo “si seguimos con estos temas corremos a la afición”, le diría que la afición no se aleja por conocer algo más del tema de los amaños, se aleja porque no conoce todo y dar a conocerlo le corresponde a la Fesfut que dirige. Y el tema nos interesa a todos y debe interesarle a también al entrenador de la Selecta. Ignorarlo es dejar al convaleciente vulnerable a otro contagio. Nos interesa y le debe interesar porque la Selecta es un sello de identidad. No me interesa si gana o pierde pero que el resultado sea limpio. Me interesa poder confiar.
Que desde la Fesfut no escondan sus problemas para defenderla, pero que sus aficionados no la castiguen por errores de otros.