Los tiempos marcaron el debut de Albert Roca en un partido oficial al frente de El Salvador. Una primera parte con imprecisiones y cierto desorden. Para olvidar. Una segunda mitad que invita a la ilusión, con dos ingresos que aportaron firmeza y jerarquía:Renderos abajo y Arturo Alvarez arriba. Para repetir.
Otra vez se perdió con Guatemala y eso duele. Hace doce años que no se festeja ante este rival en partidos oficiales. Pero también hay indicios de que se pueden rescatar ciertos movimientos y actitudes.
El dibujo táctico apostó otra vez a abrir la cancha con Ibsen Castro y Alex Larín, con Darwin Cerén como como asistidor y Burgos como hombre de área. Pero las cosas no siempre salen de acuerdo a lo previsto.
Una primera mitad que está para archivar y tratar de no volver a repetir. Una defensa sin sincronización ni reacción, impresiciones a la hora de salir jugando y poco juego asociado en la mitad de la cancha fueron las constantes de los 45' iniciales. Rafa Burgos, demasiado lejos e inconexo de sus compañeros, peleaba en inferioridad. Perdía, obvio. Y la defensa nunca dio sensación de seguridad. Xavi García, extremandamente lento, fue un claro ejemplo.
La mentalidad y la actitud del segundo tiempo es la mejor noticia del partido de anoche. Marvin Monterrosa y el Ruso Flores cambiaron de costado y dio cierto resultado. Menjívar y Darwin estuvieron más precisos en el corte y la distribución. Se vio cierto trabajo en algunas pelotas paradas. Y el ingreso de Arturo Álvarez le dio otro oxígeno al repetitivo ataque azul, aunque afinar la puntería desde afuera del área es otra de las asignaturas pendientes del equipo. Su talento es innato y si está bien físicamente será el líder futbolístico de este equipo, Arturo. Quedó en el tintero saber como habrían respondido en esa segunda mitad revulsivos como Kevin Santamaría o Junior Burgos.