Vibrante, emotivo y dramático de principio a fin fue el duelo que protagonizaron los equipos de baloncesto femenino de El Salvador (Liceo Salvadoreño) y Costa Rica, cuyo triunfo se decantó a favor de las cuscatlecas que vencieron 60-67 a las costarricenses del Colegio Seminario.
Tras la conclusión del último cuarto, el grito de júbilo estalló entre las integrantes del equipo nacional y las lágrimas afloraron en cada una de las jugadoras del Liceo Salvadoreño, que festejaron a todo pulmón al interior del Gimnasio Municipal de Quetzaltenango.
Pero también las jugadoras costarricenses lloraban tras la derrota, pues en realidad, tras haber perdido la primera mitad 35 a 28 ante las salvadoreñas, lograron reponerse al inicio del tercre cuarto y empataron el marcador a 35 puntos, para luego ponerse ligeramente en ventaja 35-37. Esa era la primera ocasión en que las rivales se ponían adelante.
Pero el quinteto nacional liderado brillantemente por la estelar Hillary Martínez, quien además de conducir los hilos el equipo, ataca y defiende con total solvencia, logró mantener a raya a las costarricenses que a todo lo largo de este período e inicios del cuarto mantuvo una muy buena reacción, exigiendo al máximo a las salvadoreñas. El drama fue tal que lo cerraron 49 a 49.
Así, todo se definiría en el último cuarto y las jugadoras nacionales no estaban dispuestas a soportar un segundo triunfo de Costa Rica en este deporte, pues ya el sábado el Itexsal había caído ante el Colegio Santa Cecilia de Heredia, con lo cual perdió toda posibilidad de pelear por el oro.
Tras mantenerse ambos quintetos con el marcador alterno durante los primeros cinco minutos, la figura de Hillary Martínez se agigantó e impulsó a Gabriela Vásquez, Ariane Rivera, Gabriela Vásquez, quienes elevaron su nivel de juego y en momentos cruciales comenzaron a anotar puntos importantes que al final marcaron la diferencia para el triunfo cuscatleco.
“Sabíamos que iba a ser un partido muy duro por el nivel de juego que ellas tienen, pero en 2012 perdimos con ellas y debíamos sacarnos esa espina, además el equipo masculino había perdido el sábado y ahora nosotras debíamos sacar la cara por el país”, dijo Martínez, al término del duelo ante las ticas.
Gabriela Vásquez, con los ojos enrojecidos por el llanto, pero de felicidad declaró que este es un triunfo merecido porque trabajaron para ello. “Nosotras entrenamos duro allá en El Salvador, queríamos el título y la medalla de oro, algo que dedicamos a Dios porque nos dio la fuerza para hacer realidad este objetivo, además agradecemos a INDES que nos apoyó para que nos vinieramos unos días antes y nos adaptaramos al frío clima de esta ciudad”, dijo.
“Esta medalla de oro la dedicamos en primer lugar a Dios y a El Salvador, como equipo siempre fue nuestro objetivo en estos juegos, sabíamos que no sería fácil, pues rivales como Costa Rica nos podían complicar y así lo ratificaron”, dijo Gabriela Burgos.
Con gritos de El Salvador, El Salvador, El Salvador, las chicas se despidieron de Quetzaltenango que las vio triunfar con todo merecimiento.