Lili Quant es el rostro jovial y desenfadado del programa Cultura Extrema, del grupo Megavisión. A sus 28 años, la salvadoreña fue nombrada “Chica extrema” por la cadena internacional FOX Sport, título que Quant señala como paradoja de su vida.
“Soy reservada, no tan extrovertida. Con el programa he ido rompiendo todos los miedos que tenía: a las alturas, a aguas abiertas, bongie, entre otros. Así que llegar a ser la chica extrema reconocida por una cadena internacional es como mi premio a todas esas barreras que voy derribando”, apuntó la joven.
Su primera prueba como conductora, hace casi dos años, fue realizar rapel en descenso vertical de una cascada de 60 metros. Pidió no hacerlo, pero el programa consiste, en concreto, desafiar todo tipo de obstáculos con el ingrediente clave: adrenalina. Desde ese día está en constantes desafíos profesionales, pero que pueden traspasar al plano personal.
Su introducción a la televisión salvadoreña llegó como un golpe de suerte, porque a partir de un video publicado en YouTube -donde aparece entrevistando- su talento fue descubierto. “Me llamaron de Megavisión y me preguntaron que si estaba interesada en un programa de televisión. Me entrevistaron y me dijeron que me iban a considerar como candidata y me llamarían luego”, relató la joven.
Como es inevitable, Quant esperó la llamada que tardó más de tres meses en llegar, y en un momento imaginó que la oportunidad de estar en cámara se había escapado.
A pesar de no tener ninguna experiencia, la ahora conductora comentó que su personalidad fue clave para haber sido seleccionada para conducir Cultura Extrema.
La “Chica extrema” recuerda que conversó con los productores y les dijo que sería más difícil con ella por su nula experiencia, pero firmes ellos contestaron que: estaban dispuestos a invertir en ella. “Me dieron confianza”, aseveró Quant.
Lili, multifacética
La conductora del programa también es balletista -hace más de un mes protagonizó la obra musical Frozen- y es licenciada en Idiomas.
“Me gusta ser útil, me gusta estar ocupada”, explicó y afirmó que a pesar de tener una agenda apretada puede equilibrar su vida profesional y personal.
El ballet lo inició desde muy pequeña, pero un problema en una de las rodillas la alejó de los escenarios por un año. Incluso, relató que durante la “caminata del guerrillero”, prueba extrema para el programa, su rodilla empeoró.
Aunque sus otras áreas profesionales parezcan aisladas, la joven considera que la danza y un segundo idioma le han servido en su trabajo.
“El ballet es muy interpretativo y estar parada frente a un escenario es como estar enfrente de una cámara que, aunque no tengás un público presente sabés que lo estará. Eso me dio la confianza de no sentirme nerviosa frente a una cámara”, apuntó.
Lili Quant manifestó que es una “de tantas personas que hace más larga la fila de aquellos que trabajamos en algo para lo que no estudiamos y que vamos aprendiendo en el camino”, pero ello le ha permitido prepararse más, y de manera constante.
Proyectos a futuro
Ese aprendizaje empírico que ha logrado a través de la televisión, Quant desea concretizarlo. Para eso tiene como objetivo a corto plazo realizar diplomados en comunicación.
Lili se enamoró de los medios, es por eso que dentro de sus planes siempre están presente los medios de comunicación: “Cultura Extrema no estará para siempre. Me encantaría estar en una telerrevista, radio o algún día probar con noticias”, dijo.
Además, el ballet y la carrera en la que se acreditó siguen en su proyecto de vida.
“Quiero seguir bailando hasta que ya no pueda y me gustaría una especialización en traducción e interpretación”, apuntó.