Con el tiempo que tuvo para preparar el torneo, con la calidad de fogueos que tuvo previo al torneo, y muchos otros imponderables, el título o la final de la Copa Centroamericana era más una falacia que una realidad. Era como pedirle peras al olmo.
Pero, al final, no hay que tirarle piedras al tejado de la “nueva” selección nacional. Al menos ilusionó este joven equipo, demostró que tiene potencial para pensar, no en el Mundial, siempre he creído que para eso estamos ya muy tarde, como lo dijo el propio seleccionador Albert Roca.
Sí para recuperar y limpiar de una vez por todas la imagen que otros mancharon. Positivo que ahora hablemos de los Richard Menjívar, de los Darwin Cerén, de los Santamaría, Burgos, Álvarez, de los Sub 20 en la Mayor y vayamos desechando aquella mala palabra siempre que juega la Selección.
Pero será más positivo que se pase a la acción, al apoyo, al trabajo. Fogueos, fogueos y más fogueos necesita esta selección. Y sobre todo, instalaciones donde practique al menos decentemente, en canchas decentes, así también se desarrolla el fútbol.
La Selección Nacional es patrimonio de todos y necesita de todos, afición, dirigentes y periodistas. Dejemos de tirarle piedras, de sembrar obstáculos, para bien de nuestro fútbol.