Marte supo jugar en Pasaquina. Con paciencia se acomodó a la cancha, al rival que vino de más a menos, y lo terminó goleando (3-0) para revivir en la tabla de posiciones.
Se vivía una temperatura aproximada a los 35 grados. Un ambiente bastante fuerte para los visitantes, especialmente para el plantel marciano que llegó casi sobre la hora a este escenario deportivo, donde los jugadores tuvieron que alistarse en el autobús, camino a este escenario oriental.
En la cancha, los marcianos resintieron estos dos aspectos para acomodarse a la cancha, con el que Pasaquina pasó a tener las mejores oportunidades a gol, que en su mayoría salvó el portero Dennis Salinas, en dos ocasiones.
Ambas jugadas surgieron desde la banda izquierda, primero con un desborde del argentino Agustin Adorni, quien ganó línea de fondo, metiendo un centro atrasado al que llegó Lendro Carbral rematando raso y suave a donde estaba Salinas, quien se quedó con la pelota.
Después, en el 16’, con una jugada similar en la que se invirtieron en los papeles con Cabral desbordando y Adorni rematando, de la misma forma raso y suave, con el que Salinas no tuvo complicación, para quedarse con el balón.
Pasaron otras ocasiones, en las que el guardameta marciano mostró mucha seguridad, evitándose problemas con rechazos largos y asegurando el balón en centros divididos, para evitar mayores inconvenientes.
Era un completo dominio el que mostraba el conjunto local, que tampoco pasó a tener complicaciones en la zona baja, producto de que los marcianos mostraban poca creatividad para llegar y muchas patadas, para evitar que los “burros” llegaran con más peligrosidad.
El árbitro central Fidel Mejía Paiz mostró poca personalidad frente a los marcianos, dejando pasar ciertas jugadas que merecieron tarjeta, entre ellas, por la Francis Álvarez tuvo que dejar el partido, con una cortadura en la cabeza, tras un golpe que dio Henry Reyes y por el que no se sancionó ni la falta.
La forma de “amasar” por parte de los marcianos le funcionó. Pasaquina perdió ritmo de juego y alguno de los jugadores evitó llegar al choque, para evitar la pierna fuerte del rival.
Volvieron a llegar con peligro hasta el 45’, con un disparo desde larga distancia que Salinas rechazó a una mano, pero la dejó dividida de donde provino el remate de Jorge Umanzor, que no pudo conectar con comodidad y mandó desviado el balón.
El primer tiempo ya estaba en tiempo de compensación, cuando Carlos Del Giorgio se complicó al quererse quitar a Christopher Ramírez, quien le robó el balón. Pero cuando este se perfilaba a portería rival fue derribado por el argentino.
El mismo “Colo” Ramírez se hizo justicia con un disparo raso, que pasó a un lado de la barrera, siendo complicado para el portero Aníbal Peña, quien no llegó a pesar de la estirada. Aquí se cumplía el refrán futbolero que “el que no los hace, los ve hacer”.
El sello del “Colo”
Para el segundo tiempo, la tónica se mantuvo con Pasaquina presionando y Atlético Marte aguantando, pero estos últimos ya con más soltura para atacar y buscar con cierta claridad la segunda anotación, que llegó al 65’.
Antes tuvieron algunos sustos con las llegadas de Cabral, Adorni, Del Giorno, Sagastizado, Romero, Hernández. La mayoría en ataque tuvo la oportunidad frente al marco, que no supieron definir, haciendo un disparo desviado, suave o un mal pase.
Fue otra vez, Christopher Ramírez quien terminara castigando al Pasaquina, luego de un rechazo largo, que la defensa de los “burros” dejo rebotar en el área y sin ninguna marca, Ramírez sacó un tiro cruzado, elevado, que dejó sin reacción a Peña (65’).
El trámite ya era más complicado para los locales, porque además de estar perdiendo el partido por dos de diferencia, sufrieron la expulsión de Juan José Hernández, por doble amonestación, en el 70’.
Los minutos finales sirvieron para que Marte concretara el baile, que tuvo de fondo el “ole, ole, ole…”, de la afición local sobre su propio equipo, que se sumerge más en el último lugar.
Una fiesta de inauguración
Los pasaquineses vivieron una fiesta con su primer partido como local, en Pasaquina, que tuvo un número aceptable de aficionados, que de la alegría por los diferentes eventos previos al partidos terminaron frustrados con el resultados. Así es el fútbol.