Arranca un nuevo torneo y las ilusiones se reinventan. Sobre todo con los nuevos nombres, rutilantes para el mercado salvadoreño. Pasa en casi todos los inicios de los últimos tiempos con el Alianza.
Sin embargo, los resultados no siempre van de la mano con los refuerzos y se han sumado más frustraciones que festejos en las últimas temporadas. Alianza empezaba ayer otro torneo con los mismos deseos y esperanzas.
Ver a un equipo grande donde corresponde. Sufrió un duro revés ante otro de los equipos que mejor se armó para este torneo. Lo bueno es que es la primera jornada y hay tiempo de sobra para revertir la imagen dejada ayer.
Es apenas un partido… Aunque lo verdaderamente grave se vio afuera del estadio. Allí, otra vez empezó perdiendo. Y por más goles que el 3-0 del Águila. Lo que sucedió ayer le duele a los verdaderos hinchas de Alianza y a los que no lo son. Lo malo que se vivió dentro del campo fue infinitamente peor en la calle.
Barras que otra vez no quieren entrar para lastimar el bolsillo de los dirigentes, en especial del presidente Lisandro Pohl;desórdenes en las inmediaciones, peleas y cerca de 40 detenidos. Curbelo y su cuerpo técnico tienen remedio para ordenarse adentro del campo y salir adelante. Pero lo de afuera, ¿quién lo arregla de una vez por todas?