Texto y fotos: Manus Anta
VAMOS POR ORDEN: Galicia, Irlanda, Escocia. Mis abuelos son del sudeste de Galicia, la parte celta y verde de España, emigraron al sur y mis padres y yo nacimos ya de la árida estepa castellana. La primera vez que fui para allá, con 5 años, fue un auténtico shock, no daba crédito a que pudiesen existir paisajes tan verdes y gente tan estupenda como mis familiares y sus vecinos, durante varios años mis padres se aburrieron de oírme preguntar continuamente cuándo podíamos volver.
FUI CRECIENDO y tomando interés por Galicia, su cultura, historia, sus vínculos con otras regiones celtas de Europa, en especial Irlanda, me encanto todo lo que descubría de Irlanda y, cuanto más conocía, más me enamoraba. Eso llegó a provocar que me costara interesarme por Escocia porque, en mi época de teenager, para mí era parte de mi odiado Imperio Británico, pero el Celtic, la música, cultura, … y, sobre todo, el rugby (era estupendo ver como disfrutaban machacando a los odiosos ingleses en Murrayfield) fueron cambiando mi punto de vista sobre Escocia aunque, por diversas circunstancias, mi deseo de conocerla se fue postergando hasta 2006.
MI IMPRESIÓN al llegar a Edinburgh fue muy similar a la que tuve de niño al llegar a Galicia, me sorprendió y agrado más incluso que Irlanda, de modo que vuelvo y volveré siempre que pueda porque mi mayor ilusión en la vida es estar en Escocia. A Aiden le ha ocurrido también algo parecido, cuando despertó allí el último día y le recordé que volvíamos a Madrid, pidió por favor que “nos quedásemos 8 días más” y pregunta frecuentemente cuándo vamos a volver.
NUEVE DÍAS, dormimos en Edinburgh. Fui con Eva, el enano y otras dos hijas de un matrimonio anterior. Es la primera vez que viajamos los 5 juntos, la relación con mi “antigua familia” ha sido un poco difícil durante años y, para este primer viaje decidí no complicar las cosas con mucho desplazamiento y que Edinburgh y alrededores tenía suficientes sitios interesantes que ver, de hecho, nos faltó tiempo para ver algunas cosas. Mi idea para un futuro lo más cercano posible es recorrer el país en motorhome durante dos o tres semanas y, más adelante, vivir por fin allí o, al menos, tener casa allí y pasar una buena temporada al año.
IM’ RUNNER, AND A BHOY (Sonríe), trabajo en el departamento de desarrollo de aplicaciones de una empresa para ganarme la vida y poder dedicar el tiempo libre a mi familia, mi equipo, mis amigos y mis carreras. Ayudo un poco a Eva con su nueva tienda en Internet a ver si pronto puedo dejar mi trabajo, me aburre.
SÓLO ES LA CUARTA vez que visito Escocia, pero la próxima es pronto, en octubre, es el cumpleaños de Aiden y su regalo es ver un partido de su equipo en Paradise. Hacía 6 años que no íbamos, yo hubiese ido con más frecuencia pero Eva decía, y tenía mucha razón a mi pesar, que Aiden era muy pequeño y era mejor esperar a que fuese suficientemente mayor para que disfrutara del viaje, lo ha disfrutado.
PARA MI ESCOCIA SIGNIFICA en una palabra: HOME, (o “hame” como dicen en Glasgow), cada vez que voy me cuesta más y más volverme, no me gusta España, no encajo con la mayoría de la gente aquí ni con su forma de entender la vida ni con su cultura, odio el clima de Madrid, … y cuanto más tiempo paso fuera de Escocia, más lo echo de menos y más a gusto me siento cuando vuelvo allá.
EN CUANTO AL CELTIC, te digo que es el “equipo de Irlanda”, hace 30 años, como gran enamorado de Irlanda, empecé a seguirles, no podía seguir a otro equipo, además, en aquella época ni siquiera sabía de la existencia de un equipo llamado Rangers, lo descubrí siguiendo al Celtic (Sonrío).
SI CONOCÍ A ALGÚN JUGADOR EN MI VIAJE, te cuento que no, aparte del encuentro con Stephen McManus en 2006 en la puerta del estadio, saludo, apretón de manos y foto. Espero solucionarlo en septiembre, que se celebra un amistoso Vila-real – Celtic dentro de la celebración del 10º aniversario de la peña Celtic Submari. No sé a quién traerá Deila a este partido, puede que a los chavales como en Hamburgo, pero a alguno conoceremos en persona, Aidiño está como loco por conocer a “su” Commons, espero poder darle esa alegría.
ME CUESTA DECANTARME por algo en Escocia, porque todo me encanta. Los paisajes (tanto los urbanos como los campestres), la cultura, la gente, su forma de entender la vida, el clima (que a muchos les aterra), la gastronomía (la de verdad, no los fish & chips). Si hay que elegir algo, me quedo con los paisajes y la gente.
LOS ESCOCECES me parecen sobrecogedoramente amables, no conozco demasiados países, pero, sin duda son la gente más amable y simpática que he conocido y me transmiten una gran sensación de calma y “good feeling”.
Hay unas pocas pero esta, aunque es un poco larga, nunca me resisto a contarla.
EN MI PRIMER VIAJE, recorrimos el país en coche con una pareja de amigos durmiendo en Bed&Breakfast, al llegar a la zona de Dundee nos encontramos con que era imposible encontrar un B&B con habitaciones disponibles ese día, ignoro la razón. Después de buscar durante bastante tiempo sin éxito, encontramos por fin uno que anunciaba “Vacancies” en una zona que no nos parecía de las mejores precisamente pero tampoco estábamos en disposición de elegir. Llamamos a la puerta y … empezamos mal, en vez de la típica cara sonrosada y sonriente de un amable escocés@, nos encontramos de frente con un sujeto con aspecto inequívoco de pertenecer a la Yihad, cualquier otro día nos hubiésemos dado la vuelta inmediatamente alegando habernos equivocado pero estábamos un poco cansados y desesperados. Entramos y la cosa no fue a mejor, aquello no era tétrico y siniestro, era peor aún.
El sujeto nos invitó a subir la escalera para ver las habitaciones y medio hipnotizados y asustados subimos, las habitaciones simplemente no eran aceptables pero, antes de que nos diera tiempo a buscar una excusa para decir no, el tipo abrió una puerta y dijo “the bathroom”, lo que vimos sólo podría describirse adecuadamente con una foto, a lo largo de la pared, sobre el blanco(?) del fondo, una enorme salpicadura de un rojizo oscuro, indescriptible. La otra chica se precipitó escaleras abajo al grito de “NO DUERMO AQUÍ NI LOCA!!!!”, los demás la seguimos lo más rápido a la vez que ordenadamente (Sonrío) que pudimos seguidos por el yihadista que, aparentemente, no parecía entender que su … digamos establecimiento, no fuese de nuestro agrado.
Nos lanzamos al coche y arranque a toda prisa. Seguimos la búsqueda sin éxito y, ya avanzada la noche, en Carnoustie, donde el celebérrimo campo de golf, un lugareño nos informó de un B&B que podría tener disponibilidad cerca de la playa, llegamos a una hermosa propiedad con un gran jardín rodeada de un inmenso seto, llamamos varias veces sin obtener respuesta y, cuando volvíamos al coche, llega una señora en un Mercedes despampanante con una inmensa bolsa de palos de golf en el asiento trasero. Sí, es la propietaria, sí, hay plazas, la señora es simpatiquísima y amabilísima (incluso para el estándar escocés), la casa es espectacular, nuestra habitación tiene las dimensiones de una cancha de tenis, tenemos jacuzzi … nuestro alivio es brutal y, ¿el precio?, “Fifty pounds per room”, no lo creemos. Un rato después estamos estamos sentados en un banco frente al mar con algo de comida que hemos conseguido en un Fish & Chips a punto de cerrar, por primera vez en horas estamos tranquilos, bromeamos y reímos a carcajadas, hemos estado a punto de acabar en una mazmorra y hemos acabado en un palacio.
Dormimos de maravilla, por la mañana, con la luz del, día el sitio tiene aún mejor aspecto, mi amigo y yo corremos por los alrededores del campo de golf, nos bañamos en la playa y atacamos junto a las chicas un espectacular desayuno escocés. Tremendamente relajados y entre carcajadas, comentamos con los dueños las incidencias del día anterior, ahora entienden nuestros rostros serios y tensos y nuestro alivio final del día anterior, ríen con ganas.
Al final no investigamos el por qué de tanta “ocupación hostelera” en la zona aquel día, lo que sí que sé es que volveré algún día a esa casa, seguro.