Carolina Figueroa

¿Qué pasó con...? Deportista destacada tanto en atletismo como en remo, representó a nuestro país en juegos C.A. y del Caribe, panamericanos y mundiales durante 15 años.

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Carolina Figueroa junto a su esposo Jaime Ramírez y el pequeño David. Foto EDH

Por Carlos López Vides | Twitter: @celvides

2014-08-17 8:04:00

Oro como juvenil B en 1996 a nivel centroamericano, en los 1,200 metros. Así apareció Carolina Figueroa en el deporte salvadoreño. Para 1998 ganaba oro a nivel Codicader en los 1,500 metros, y ese mismo año ya integraba la selección mayor, con la que vivió un momento insólito en Costa Rica.

“La pista del estadio entonces era de asfalto. Llevamos unos zapatos con spikes, espigas especiales. Pero la prueba fue a la tarde y comenzó a llover, la pista se puso bien lisa. Decidí quitarme los zapatos en el momento antes de la salida. Corrí descalza… ¡y gané plata! Pero terminé con los pies destrozados”, recuerda.

Para 1999, en su último año en el colegio Externado San José, la exigencia académica solo le permitió correr campeonatos nacionales. Seguía entrenando fuerte en el estadio Flor Blanca (hoy Mágico González), un lugar donde también se encuentra la Federación de Remo… “Los entrenadores de remo Roberto Álvarez y Hernán Leguizamón me habían visto correr, y me dijeron que tenía potencial para el remo. Mi entrenador de atletismo, Mauricio Ceseña, me dijo, ‘si te vas a remo, olvidate de volver’. La verdad, al remo fui hasta obligada, me tenían hostigada (risas). Y justo un domingo que fuimos al lago por primera vez, subiéndome al bus que nos llevaría, cerca del Indes, me vio el profe Ceseña… así que me quedé en remo”, sonríe.

Sin saberlo, comenzaba su camino por un deporte que le daría grandes alegrías. Fue seleccionada nacional para los Juegos C.A. de 2001, en Guatemala; un primer escalón hacia las cuatro medallas de plata que le regalaría al país en los Juegos C.A. y del Caribe San Salvador 2002.

“Participé en dobles y cuádruples, tanto ligero como abierto, y en todos gané plata. El dobles lo hice con Aída Turcios; en el cuádruple también junto a Dinora Calderón y Xiomara Sigüenza”, rememora. 

Luego vino una base de entrenamiento en España, junto a Turcios, en 2003, un año exigente porque compitió en Panamericanos Santo Domingo 2003 (cuarta en dobles junto a Aída) y en el Mundial en Milán, Italia (18ª). Para 2004 empezó la ruta hacia los Olímpicos de Atenas, “pero no clasifiqué por centésimas. Fuimos de nuevo a España, y a bases de entrenamiento a Argentina y Uruguay. En Brasil participé en el Campeonato Sudamericano y gané plata en single peso ligero”. 

En 2005 vendría un Mundial en Japón (corrió la final C, fue 17ª), pero ese año tuvo que hacer una pausa, pues sus estudios en la carrera de Nutrición así lo exigieron. 

La pausa fue larga. Logró graduarse en 2006 y trabajó para Fesa (ver nota aparte); pero en 2008 regresó a su amado remo.  ”Decidí volver al deporte porque lo extrañaba mucho, y en lo económico me apoyó mi mamá, pero con el compromiso de que tenía que mejorar las marcas anteriores. El entrenador era Yuri Calderón… no me creyó mucho al volver, y me dio 15 días para someterme a pruebas para ser parte de la selección. Tomé el reto, hice las marcas y comencé de nuevo”, comenta. 

Todo el resto de 2008 lo ocupó para ponerse a tono, regresó a su mejor forma física y para 2009 cosechaba el éxito: Ganó oro en el remo de los Juegos Centroamericanos (fueron en Panamá, pero nuestro país acogió esta disciplina), en el single ligero. 

El próximo reto fueron los Juegos C.A. y del Caribe Mayagüez 2010, en Puerto Rico, donde “me ganó plata la mexicana por centésimas, en doble abierto quedamos segundas junto a Camila Vargas, además de plata en el cuádruple abierto”.

Enrumbó su preparación hacia los Panamericanos de Guadalajara 2011. Fue a una Copa del Mundo en junio, en Múnich, Alemania; y al Mundial en septiembre, en Eslovenia; pero “en ese año fue difícil que nos aprobaran más fogueos, no tuvimos el mismo apoyo que habíamos tenido antes. Sí tuve una base en México. Ya en los Juegos (octubre), quedé quinta en single ligero. La semifinal fue dura, y ahí dejé fuera a la mexicana que me había ganado el oro en Mayagüez”. Después de ese evento continental, Carolina se frustró ante la falta de apoyo, y decidió retirarse definitivamente del remo.

¿Qué hace?

Tras graduarse como licenciada en Nutrición (UES) en 2006, Carolina fue jefa del área médica y nutrición en la Fundación Educando a un Salvadoreño (Fesa). Volvió al remo en 2008 y fue seleccionada de nuevo, pero se retiró después de los Panamericanos 2011.

 “En todo ese ciclo olímpico siempre fui la mejor a nivel nacional y en las regatas, pero no tuve el apoyo esperado, le dieron la beca olímpica a Camila (Vargas), que se fue a una gira europea. Está bien que se la hayan dado, pero yo no tuve respaldo, tampoco del Indes. Me desilusioné y regresé a mi carrera profesional” de nutricionista, dice.  En 2012 trabajó con Plastiglas, “en un proyecto de nutrición y actividad física para evaluar a los empleados”.

Para 2013 incursiona en otro negocio: Amenizar piñatas y eventos para niños. “Decido trabajar en nutrición con pacientes ambulatorios, y al mismo tiempo hacer eventos”, cuenta. Incluso, a finales de 2013 trabaja con distintas alcaldías para montar eventos navideños.
“Luego me salió la oportunidad de trabajar cantando y bailando en la Orquesta Premier, por medio de Isis Gallardo”, narra. Al terminar esa etapa, en marzo pasado contrajo matrimonio con Jaime Ramírez, y juntos acaban de recibir a su primogénito, David. Está enfocada en su maternidad, pero ya tiene planes futuros: “Tengo listo un proyecto de nutrición deportiva a nivel de todas las federaciones, que quiero presentar al Indes. Es para que haya educación nutricional para entrenadores y atletas, y por supuesto dirigentes, para que comprendan por qué tienen que poner atención a eso, que es inversión para obtener mejores resultados, y que no lo puede hacer una sola nutricionista para todos los deportistas”, finaliza la exatleta.