Al final, fue un clásico cargado de emociones. El segundo tiempo fue digno del partido que se esperaba, del duelo histórico entre Águila y FAS, número 216, que terminó con un empate sin goles.
Fue una noche diferente, especial, como las que no se veían desde hace mucho tiempo en San Miguel. Mejor motivación no podían encontrar los jugadores para este clásico, algo que o demostraban con la dinámica que le imprimieron en los primeros instantes del encuentro.
Una rápida transición desde la defensa y el ataque, por medio de los aguiluchos quienes tomaron la iniciativa del partido, siendo Gilberto Baires, quien alimentaba el ataque, tanto por las bandas como en el centro aprovechando la velocidad del brasileño Ronaille Calheira y el jamaiquino Sean Fraser, quien debutaba con los emplumados.
Pero la primera de peligro la generaron los tigrillos con el “1-2” que hicieron Jonathan Águila y Marcio Teruel, quien llegó hasta el borde del área, se tomó unos segundos para perfilarse y sacar de pierna derecha un disparo que se fue sobre la portería. Muchos suspiros se sintieron con esa jugada, con la que se consideraban salvados los migueleños.
Fue esta misma jugada, que, a los 17’, Jonathan Águila y Teruel volvieron a causar problemas a la zona baja de los emplumados, que con desesperación defendieron en esta ocasión y evitaron que en el rebote, Lester Blanco, pudiera anotar.
Ya con esta jugada, el partido se había emparejado, los dos equipos solo dependían de la creatividad de sus volantes para llegar con claridad. Juego que recayó con mucha constancia en Baires, por Águila, y Teruel, por FAS, mismos que también fueron muy castigados por los rivales.
En lo colectivo, FAS era mejor. A lo que ya realizaban el brasileño Teruel con Águila, también se sumaron los laterales Bryan Tamacas, por la derecha, y Moscoso por la izquierda, con lo que ganaron profundidad. La cual vino de menos a más, manteniendo la presión sobre la portería local, mientras que Águila no encontraba una conexión entre Fraser y Calheira, con la que perdieron oportunidades a las que les pudieron haber sacado mejor provecho, para ganar la espalda de los centrales, que se mostraron bastante aplicados en defensa.
El primer tiempo cerró con los abuchechos de la afición, que vino de más a menos, producto a que el partido tomó esa tónica. La pierna fuerte fue constante y exigió al árbitro Elmer Bonilla que fuera más rigorista con el silbato, para evitar que el trámite del partido se le saliera de las manos, ya que también los encontronazos entre jugadores fueron muy repetitivos.
Para el segundo tiempo, los cambios fueron sobre los juveniles de los equipos, pero no cambiaron el esquema, ni la idea de juego que trataron de mantener tanto Daniel Messina, por los emplumados, y Efraín Burgos, por los tigrillos.
Pero Águila volvió a ser superior, volvió a llegar con peligro y en dos oportunidades estuvo cerca de anotar: al 57’, con un centro por la derecha, que Fraser cabeceó sobre la portería, pero que después fue anulado por estar en posición adelantada. Después, al 61’, en un centro por la izquierda, Calheira, sobre punto penal y sin marca, no pudo vencer al portero Menéndez, a quien le dejo el balón en sus manos.
Una más llegó al 65’, con una arremetida de Óscar Cerén, por la derecha, con el que entró al área y pasó a Fraser, quien no le pudo dar potencia y mejor colocación al balón, permitiendo que Menéndez se volviera a quedar con comodidad con la pelota.
Era el mejor momento de los emplumados, en todo el partido. La afición había vuelto a despertar y apoyaba con más euforia, esperando que en cualquier momento llegara el gol.
FAS solo aguantaba y esperaba que el ghanés Kevin Mohammed, quien entró al 60’, generara peligro, para soltarse la presión en la que los mplumados habían ejercido. Ya al final los santanecos resintieron la expulsión de Elder Figueroa (90+1’) por doble amonestación.
Al final, el resultado terminó en blanco. Águila ahora suma 10 partidos sin poder vencer a los tigrillos y siete consecutivos sin anotarle un gol. FAS suma un punto y respira, para su viaje a Nueva York, donde enfrentará al Red Bulls, por la Concachampions.