23 de agosto de un caluroso día, Valencia amanece con un enorme sol que cuesta mirar, la gente acude a la playa mientras por las calles pocas personas dan señales de vida, al menos hasta que se sustituya la luz cegadora por la oscuridad de la noche. Hasta aquí todo normal, excepto para unos aficionados al fútbol que sienten una experiencia nunca antes vivida. La historia les citó el 13 de mayo para que hicieran acto de presencia en Europa.
Por primera vez, el Levante UD jugaría un partido internacional, y sus aficionados granotas no podían dejar de sentir un orgullo tremendo. El sorteo de la UEFA les deparó el debut en la Europa League contra un rival sin mucho nombre en el continente, aunque conocido de oídas. El Motherwell escocés, un contrincante que sonaba a romántico para los seguidores levantinistas, que incluso bromearon con la traducción de “buena madre”.
Se había hecho larga la espera, un verano interminable desde el triunfo 3-0 contra el Athletic que daba a los granotas el derecho a jugar la segunda competición europea más importante. Algo nunca vivido por la entidad en los 103 años que cumplía por aquel entonces y que fue el fruto de una temporada magistral a las órdenes de Juan Ignacio Martínez. Era el momento de emocionarse y vivir la experiencia.
La modestia del club fundado en los poblados marítimos de la playa del Cabanyal se vio en el impulso mediático del acontecimiento. Los medios solo daban trascendencia a la ida de la Supercopa entre Barcelona y Real Madrid, que se jugaba a las 22:30 horas, un partido demasiado goloso para la prensa como para perder el tiempo en equipos que no llegan a los 20 millones de presupuesto.
Tampoco era un partido tan importante para Gol T, que acababa de hacerse con los derechos televisivos de la competición, pero que solo mostraba interés en ofrecer amistosos de equipos relevantes, no valía la pena desembolsar tanto dinero en cubrir un partido que para sus mandatarios no era tan importante. El Levante, al fin y al cabo, solo importa a sus aficionados y RTVV no estaba económicamente para esos gastos.
La decepción fue enorme en los granotas al saber que no verían por televisión a su equipo en el Fir Park. Por suerte estaban las emisoras de radio, la 97.7 y Radio 9, que revivieron aquella tradición de escuchar fútbol con auriculares mientras te mordías las uñas, con la diferencia que por aquel entonces se podía volcar en Facebook y Twitter lo que se escuchaba, para que algún despistado se enterase de que jugaba el Levante mientras esperaba el clásico.
La conexión radiofónica que unía los más de 1.800 kilómetros de distancia entre Valencia y Motherwell nos fue informando del ambiente en el pequeño estadio de los Steelmen, Fir Park, con 6.000 espectadores y unos valientes levantinistas que apenas podían expresar con palabras lo que estaban viviendo. De viajar a Eibar, El Ejido, Leganés, Girona a viajar a Escocia, a un campo que no se diferenciaba mucho en tamaño, pero sí en contexto.
Keylor Navas en puerta, Pedro López, David Navarro, Ballesteros y Nikos en defensa, Michel e Iborra en la medular, Lell y Juanlu en bandas para dejar el ataque a Barkero y Gekas. Un once inolvidable que colgó la web de la UEFA por primera vez. Si, el Levante está ahí, costaba hacerse a la idea de que nos nombraran en el estamento más importante del fútbol europeo, el escudo estaba junto a Liverpool, Olympique de Marsella, Feyenoord, Inter, Lazio, Stuttgart o PSV.
La oreja pegada al altavoz, oíamos como el Levante dominaba el partido, y en el 42 el primer gol para quién si no: Juanlu, el jugador de las dianas importantes, la que daba un ascenso, la que ponía por primera vez al club el el liderato de Primera División, y que ahora marcaba el primer tanto del club en Europa. Lo difícil estaba hecho, abrir la lata, falta rematar la faena y fue El Zhar en el minuto 62. Resultado final: 0-2. Presumiremos que llegamos a ser tendencia por un momento hsta que empezó el Barça-Madrid.
No se oyeron pitidos por la calle celebrando los goles, ni se montaron tertulias para analizar las polémicas, no había videoresúmenes del partido con las jugadas destacadas, solo un montaje primitivo que emitió Canal 9 al día siguiente y unas pocas fotos de Juanlu en la prensa escrita celebrando el gol. Crónicas de 25 líneas para un partido histórico del Levante, si no había televisión cuando jugaba en el Cabanyal, tampoco la habría en Escocia.