El calcio, cada vez más devaluado

Empieza la Serie A con Juventus como claro favorito y una sensación inequívoca: el fútbol italiano está en crisis.

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Foto Por edhdep

Por Claudio Martinez | @MartinezChino

2014-08-29 11:41:00

Alguna vez la liga italiana fue el ombligo del mundo. En su época de esplendor era un auténtico imán para los mejores futbolistas del planeta. Sobraba el dinero, abundaban los millonarios y el glamour y además sus estadios estaban repletos. Su fútbol, no siempre tan vistoso como sus resultados, era un referente para el resto. Esos tiempos han quedado lejos. Italia viene de ser eliminada en primera ronda por segundo Mundial consecutivo y los clubes de la Serie A han perdido mucho terreno en Europa: ya no pueden competir con otros gigantes del continente como Real Madrid, Bayern, Barcelona, Manchester City, etc. De hecho, el Calcio ha bajado tanto su coeficiente UEFA que terminó perdiendo la cuarta plaza de Champions a manos de la Bundesliga y ni siquiera tendrá tres representantes en la fase de grupos porque el Napoli fue eliminado en la previa por el Athletic de Bilbao.

El problema no es únicamente de resultados, sino económico y también organizativo, porque además la violencia ha ido creciendo. En los últimos años, la Serie A se ha convertido en una liga que, a diferencia de lo que fue siempre desde 1980, se dedica más a vender que a comprar. Dentro de esa crisis, no es casualidad que los dos mejores equipos de la temporada pasada -y a priori favoritos para esta- hayan sido Juventus y Roma, los más inteligentes a la hora de invertir. La Vecchia Signora con fichajes a costo cero como Tévez y Llorente, y los romanos vendiendo bien y comprando mejor.

A falta de dos días para el comienzo del torneo, siete de los 20 equipos aún no tenían sponsor principal para sus camisetas. Para esta temporada fue autorizado una tercera publicidad en la indumentaria, lo cual es una mala señal: más marcas, pero menos dinero. También es una mala señal la salida de Mario Balotelli, transferido al Liverpool por 20 millones de euros. Polémico, irreverente, irascible, a veces genial, SuperMario era una de las pocas atracciones que ofrecía el Calcio. Así como otros años han salido Thiago Silva, Zlatan Ibrahimovic o Cavani esta vez fue el turno de Ciro Immobile (Torino), vendido al Dortmund, y del marroquí Mehdi Benatia (Roma), que pasó al Bayern por 26 millones. En cambio han llegado jugadores con un currículum más que respetable, pero ya en la curva descendente de su carrera. Algunos casos testigos son las llegadas de Patrice Evra (Juventus), Ashley Cole y Seydou Keita (Roma), Vidic (Inter) y Rafa Márquez (Verona).

Las casas de apuestas dan como claro favorito al título a Juventus, que irá por su cuarto scudetto consecutivo. Es lógico. A pesar de que Antonio Conte decidió renunciar y que la llegada de Massimiliano Allegri no ha generado demasiado entusiasmo, el hecho de mantener casi el mismo equipo -incorporó a Álvaro Morata- y la poca amenaza que ofrecen sus oponentes explican esa ecuación. En las últimas horas se habló, incluso, de la llegada del Chicharito Hernández.

ROMA Y LOS OTROS

El único equipo en condiciones de retar a la Vecchia Signora es la Roma que dirige el francés Rudi Garcia. La temporada pasada tuvo un arranque aplastante, pero luego no pudo aguantar el ritmo de la Juve. Eso sí, tampoco sufrió sobresaltos para conservar su segundo puesto. Será interesante ver al habilidoso Juan Manuel Iturbe (argentino que viene del Verona, la transferencia más cara del Calcio este verano) junto a Pjanic, Totti y Gervinho. Los cuatro son volantes con mucha llegada, ya que la Roma no cuenta con un goleador de raza. Lo más parecido a eso es Mattia Destro, que anotó 13 goles la campaña pasada y que incluso podría ser vendido al Chelsea. La salida de Benatia, una garantía en defensa, se compensará con la llegada del griego Kostas Manolas. A eso se agrega la experiencia que pueda aportar el inglés Ashley Cole y el malí Keita, más el equilibrio que da un jugador polivalente como el holandés Kevin Strootman, todavía recuperándose de la lesión que lo marginó de Brasil 2014.

Tras Juve y Roma, hay un grupo de tres aspirantes compuesto por Napoli, Fiorentina e Inter. El equipo que dirige Rafa Benítez tiene que recuperarse del golpe anímico de la eliminación de la Champions. Cuenta casi con el mismo plantel, que incluye a Higuaín, Hamsik, Callejón, Mertens, Insigne, etc. A eso hay que agregar al defensa francés Kalidou Koulibaly y a Jonathan De Guzmán como refuerzos. La portería, ya sin Pepe Reina, será para el brasileño Rafael, su suplente en la campaña pasada.

Fiorentina tampoco ha tocado mucho el equipo. Vincenzo Montella apuesta por un plantel que dejó buenas sensaciones y que pudo llegar más lejos de no ser por las lesiones de Mario Gómez y Giuseppe Rossi. Reforzó la defensa con el argentino Basanta (Monterrey) y el mediocampo con Joshua Brillante, aquel australiano que le anotó un gol a la Sub 20 en el Mundial de Turquía.

El Inter de Walter Mazzarri -hacedor de un gran Napoli- va por su segunda temporada, pero sus aspiraciones parecen más modestas. No tiene plantel para pelear por el título, pero un puesto en Champions no suena descabellado. El club afronta una etapa de renovación tras las salidas de históricos como Zanetti, Cambiasso, Samuel y Milito. Se ha reforzado con poco dinero, y sus pocos millones (ocho) decidió invertirlos en el chileno Gary Medel, para rearmar la defensa. También llegó a préstamo el lateral Dodo y el delantero Daniel Osvaldo, que viene de jugar en Juventus.

MILAN, PELIGRO DE RIDÍCULO

Se podría hablar de cómo será el Torino sin Immobile o del Verona sin Iturbe, si el Parma de Donadoni será tan consistente o si en Lazio podrá lucirse el holandés de Vrij. Pero el mayor de los interrogantes está puesto en el Milan. Un equipo que viene trastabillando desde la pretemporada y cuyo banquillo ya se consumió a un ídolo como Clarence Seedorf. Ahora la responsabilidad está en Pippo Inzaghi, que tendrá que afrontar el torneo con una plantilla sin demasiado brillo. Y para colmo se fue Balotelli, el máximo goleador, transferido al Liverpool en una cifra ridícula (€20M) para un delantero de su calidad, pero comprensible para alguien que por (muchos) momentos se vuelve incontrolable. Aunque parezca increíble, la inversión total de fichajes del Milan en este mercado ha sido de apenas 4,7 millones, de los cuales 4,2 corresponden al pago del central Adil Rami, que había llegado a préstamo del Valencia en enero. El resto vino gratis: Diego López, Jeremy Menez y el brasileño Alex. Por estas horas se está definiendo la llegada de Fernando Torres, quien no tiene espacio en Chelsea.

Pese a todo, hay cosas para resaltar. 1) La llegada de Rafa Márquez al Verona, al que le bastarán tres juegos para convertirse en el mexicano con más partidos en la Serie A que por ahora le corresponde a Miguel Layún (dos partidos en el Atalanta); 2) El regreso del checo Zdenek Zeman, el entrenador más ofensivo y más suicida que existe sobre la faz de la tierra, ahora a cargo del Cagliari. 3) La posibilidad de que Antonio Di Natale, mítico delantero del Udinese, se meta en el top 5 de los máximos goleadores de la historia de la liga italiana. 4) La vuelta del Palermo, que tras un año en la Serie B regresa a la elite. Ahí jugará el tico Giancarlo González (Columbus Crew), aunque las noticias seguramente vendrán de parte de Maurizio Zamperini, su pintoresco presidente, que intentará agigantar su leyenda de ser “el dirigente con mayor número de entrenadores despedidos en toda la historia del fútbol”. Si le sobran unos dólares, apueste a que Giuseppe Iachini será el primer técnico en perder su cargo. Dinero seguro. Tanto o más que apostar a que Juventus repetirá el título.