Mientras miles de salvadoreños, dentro y fuera del país, apoyaban incondicionalmente a la Selección Nacional de Fútbol, varios de sus jugadores se habrían vendido por $10 mil (por partido) a una mafia de apostadores internacionales que les ofreció dinero a cambio de perder partidos.
Los futbolistas presuntamente salían de las canchas sin goles pero con dinero asegurado en los bolsillos, mientras que los extranjeros que pertenecen a esta estructura delictiva, se lucraban apostando por los equipos que estaban seguros que ganarían, tal como estaba planificado.
Julio Arriaza, director de intereses del Estado de la Fiscalía, confirmó ayer que se cuenta con la confesión de exseleccionados en las que relatan cómo el malí-singapurense Gaye Alasanne y los nicaragüenses Yaser Arauz y Armando Collado, compraron la voluntad de 11 salvadoreños para que se dejaran meter goles o ellos mismos anotaran en su propia meta.
Los jugadores que habrían participado en estos amaños de partidos son: Miguel Montes, Dagoberto Portillo, Dennis Alas, Mardoqueo Henríquez, Darwin Bonilla, Osael Romero, Carlos Monteagudo, Cristian Castillo, Ramón Sánchez, Miguel Granadino y Marvin González.
El Ministerio Público informó que ellos deberán responder por los delitos de encubrimiento de lavado de dinero y asociaciones ilícitas.
Por su parte, los extranjeros Alassane, Arauz y Collado son acusados del delito de lavado de dinero y activos.
Arriaza señaló que si los exjugadores son hallados culpables de los delitos que les imputan, podrían purgar penas mayores a ocho años.
El viernes pasado, la Fiscalía presentó el requerimiento contra los imputados en el Juzgado Quinto de Paz de San Salvador, quien esta semana deberá fijar la fecha de la audiencia inicial.
Los futbolistas deberán presentarse a la diligencia o enviar a sus abogados. De no hacerlo, la jueza podría declararlos reos rebeldes y podría ordenar sus capturas.
Se sabe que no todos están en el país, por lo que Arriaza no descartó que se emita una difusión roja para que la Policía Internacional (Interpol) los localice y los arreste.
El negocio que se pactó en Paraguay
Uno de los arreglos de partidos que ha documentado el Ministerio Público es el encuentro amistoso que la selección jugó contra Paraguay, en Asunción, el 6 de febrero de 2013.
Según las investigaciones, Collado, quien era el agente local de la mafia, habría contactado en El Salvador a Miguel Montes para hacerle la oferta y este a su vez, se la hizo saber a Dagoberto Portillo Gamero y a José Mardoqueo Henríquez.
El nicaragüense les habría ofrecido un pago de $10 mil a cada jugador que hiciera las jugadas necesarias, para que el equipo rival les anotara tres goles en los primeros 15 minutos del encuentro.
Los tres seleccionados, según las investigaciones, les contaron a sus compañeros sobre la propuesta y estos también se habrían dejado tentar por la oferta.
El fiscal del caso, Mauricio Aguilar, aseguró que Willian Osael Romero, Darwin Bonilla, Carlos Monteagudo, Cristian Geovanny Castillo y José
Miguel Granadino se reunieron en una habitación del hotel paraguayo donde estaban hospedados y a través de una videoconferencia, hicieron el pacto con Collado.
El acuerdo fue que al regresar a El Salvador, Montes les pagaría los $10 mil a cada uno, de acuerdo a la versión fiscal.
Cuando los jugadores retornaron de Paraguay se reunieron en una gasolinera de Antiguo Cuscatlán y Montes les entregó el dinero.
Sin embargo, él no cumplió el trato a cabalidad y eso generó molestias entre algunos de los imputados. De acuerdo a los delegados de la Fiscalía, Montes no les entregó la cantidad de dinero acordada.
Según Aguilar, a Cristian Castillo le pagó solo $9 mil, mientras que a otro de sus compañeros solo le entregó $8 mil bajo el argumento: “jugaste mal para no perder, por eso, solo eso te toca”.
Adicionalmente a los pagos por perder los partidos, la mafia les habría depositado $2 mil a seis jugadores, como un “incentivo” previo.
Se sabe que el futbolista que anotaba un autogol o cometía una falta para que el árbitro les marcara un penal, era candidato a recibir una suma económica mayor.
“Gaye les enviaba dinero y los jugadores lo recibían como adelantos o incentivos para partidos que venían posteriormente. Los jugadores, aun sabiendo que el dinero venía de apuestas ilegales, lo recibían”, dijo Arriaza.
La institución dice tener registros financieros que revelan que Alassane les remesó $2,000, en enero de 2011, a Marvin González, Dagoberto Portillo, Mardoqueo Henríquez, Dennis Alas, Miguel Montes y Ramón Sánchez.
Por esta razón, la institución está convencida de que el partido contra Paraguay no es el único que fue arreglado por los apostadores y jugadores, ni mucho menos creen que ellos sean los únicos implicados. Por ello dice, continuarán investigando.
Según Arriaza, hasta la fecha no han detectado que la Federación de Fútbol estuviera al tanto de estos amaños.
La Fiscalía asegura que estas mafias están bien organizadas a nivel internacional y manejan millones de dólares.
No en vano, según la investigación, Henríquez le habría dicho a uno de sus colegas que “ese dinero es maldito” y le aconsejó que no lo invirtiera en su familia sino “en cosas de utilidad sencilla”.