Acaban de pasar los octavos de final más emocionantes de la historia. Partidos definidos sobre el final, jugadas surrealistas, salvadas milagrosas, penales… “Poste y adentro” y la vida continúa sonriendo, todo es color de rosa. “Palo y afuera” y se repiten las palabras fracaso, decepción, descalabro.
Todo en la definición de siete de los ocho cuartofinalistas. El único que escapó a esta “regla” fue Colombia, y por poco, ante los uruguayos con un 2-0 que aparece hoy como el resultado más holgado. Dicho esto, también hay que mencionar que pasaron los primeros de cada grupo y la historia pesó, excepto en el duelo Colombia-Uruguay.
Costa Rica es el gran invitado a esta fiesta y Bélgica hizo honor a su condición de “equipo revelación” con la que llegaba. Hasta donde puede dar cada uno. Un Mundial se define por juego, efectividad y también por detalles.
Y por los cracks: las exquisiteces de James en Colombia, la capacidad goleadora de Holanda encabezada por Robben, el poderío de Benzema, la Messidependencia argentina, el talento de Neymar, la fulgurante aparición de Bryan Ruiz, la rebeldía juvenil de Lukaku, la aplanadora del tanque Müller. Los cracks definen partidos y hasta campeonatos. Todos ellos lo son. Resta definir quien es el mejor