El pasado 29 de junio se disputó el campeonato nacional 2014 de ruta, el ciclista paraolímpico Ezequiel Moreno, con su ejemplo y tenacidad ha hecho un llamado a las autoridades deportivas de El Salvador, a favor del deporte adaptado, tras haber sido un protagonista más.
Fueron sus hermanos Mario y Juan, quienes lo adentraron en este deporte, a pesar de sus lesiones de guerra y la falta de su pantorrilla derecha, integrantes del naciente equipo EXE: Kiel Moreno y sus hermanos, con sacrificio y paciencia dieron sus primeros pedalazos, a los cuales me uní como seguidor y entrenador.
Su primer tramo de entreno fue desde la estación de servicio de La Gloria al Km 42, con retorno al redondel Constitución. Ahí, agotado Ezequiel, se bajó de la bicicleta después de haber recorrido 70 km, su primera salida.
Y como suele suceder en muchos casos, cuando un atleta encuentra en el deporte su derrotero, a los pocos días, Kiel ya tenía zapatos y uniforme nuevo, fue así como Juan, Mario y Kiel todos de apellido Moreno, comenzaron una rutina diaria, de entrenar en las madrugadas, y hacer topes de fondo los fines de semana.
Kiel y sus hermanos comenzaron a correr las fechas de ruta de la FSC, y se incorporaron de lleno al deporte.
Llegó junio con el anuncio de la disputa de los campeonatos nacionales de ruta, los integrantes del equipo EXE, se pusieron como meta, correr dicha competición.
Consientes que no sería un trabajo fácil, en más de una oportunidad recorrieron el circuito, y ascendieron El Congo. Fue allí durante esos entrenos, donde Kiel Moreno, se aferró a aquella frase de “querer es poder”, de salir de la línea de meta y llegar a la misma salvando muchos aspectos en contra.
Llegó el día de la carrera, los hermanos Moreno, se lanzaron a la ruta, Juan, quien al final se quedó con la segunda plaza de la Máster B, se marchó en el segundo grupo, mientras que Mario y Kiel lo hicieron en el grupo tres, entre ciclistas cadetes, novatos y máster C.
Una caída a pocos kilómetros de la salida, puso tenso el ambiente, a pesar del esfuerzo sobre humano que significa pedalear con una sola pierna, después del retorno, al cierre del primer circuito, Kiel se rezaga del grupo, quedando flotando entre un grupo de ciclistas rezagados.
En solitario logró cerrar el segundo circuito, se abasteció y siguió camino abajo, hasta el Km 42, donde marcaba el último de los retornos y el último desafío de montaña, la temida cuesta de El Congo, la cual subió con determinación y coraje.
Sin desmayar
Lento pero seguro, Kiel comenzó el ascenso, a pocos metros de iniciado lo más duro de la carrera, me acerqué y le dije, “dale tranquilo, que esto ya se acabó, solo te faltan los últimos ocho km, subí a tu ritmo, y tratá de dosificar fuerzas”, y así fue, Kiel alternando posición sentada y de pie, logró estimular de forma positiva sus músculos y oxigenarlos lo suficiente para tomar un nuevo ritmo, relanzar su bicicleta en pleno ascenso, y comenzó a devorar terreno, poco a poco, otros ciclista fueron alcanzados por Kiel, quien se mostró más fuerte que nunca, iba inspirado.
Al borde de la fatiga y agotado después de 72 km, Kiel llegó a la meta, el público lo recibió con un fuerte aplauso, muchos comentaron su hazaña, otros se le acercaron para felicitarlo, su más cercano grupo familiar estaba allí, sus amigos y desconocidos dieron fe de su esfuerzo, el suplicio había terminado y la historia se había escrito .
Pero la gran sorpresa fue a la hora de la premiación, cuando la FSC dispuso otorgarle un reconocimiento a su participación, a su entrega y a su ejemplo, Kiel fue llamado al podio, donde se le entregó una medalla al mérito, como un premio a su entrega, por ser el primer atleta de ciclismo adaptado, en correr y finalizar un campeonato nacional.
La ovación por parte del público y ciclistas reunidos fue tremenda, los aplausos parecían interminables, arriba en lo más alto del podio, estaba Kiel Moreno, con los brazos en alto, mandaba un mensaje a todos aquellos que de una u otra forma estamos en el deporte.
El mensaje implícito
Tienen la palabra nuestras máximas autoridades deportivas, INDES, COES, Comité Paralímpico, etc., de nuestro país, para que tomen cartas en el asunto, porque existe un pueblo invisible que necesita su atención, y que pasa desapercibido para muchos.
Pero el llamado es especialmente a la Asamblea Legislativa para que reconozca e incluyan el “Deporte Adaptado” en la actual ley de los deporte. Como en su momento se lo solicité hace muchos años a un diputado de nuestra honorable Asamblea Legislativa, pero quien al parecer nunca actuó en favor del deporte adaptado.
Por ello, a quien le interese, aquí está el ejemplo de la capacidad física del ser humano, aquí está el caso de un salvadoreño protagonista de la historia que hoy escribo.
Felicidades Kiel, Juan y Mario, porque ustedes nos han comprobado que “Juntos se puede hacer hasta lo imposible”, sigan adelante con el entusiasmo de siempre.