SAO PAULO. La capacidad de adaptación es una de las claves para el éxito en cualquier profesión y el fútbol no es excepción. En Argentina, el defensor Marcos Rojo, que regresa de sanción, y el medio Enzo Pérez, sustituto de Ángel di María, son buen ejemplo de ello.
Previsiblemente titulares este miércoles en la semifinal ante Holanda, ambos, ex-Estudiantes de la Plata, han logrado adaptarse a posiciones ajenas.
Rojo, de 24 años, representa al Sporting de Lisboa desde el 2012. En la última temporada, se desempeñó principalmente como central y no lateral zurdo, una posición que jugó en situaciones excepcionales.
En 25 partidos de Liga portuguesa, demostró poder ofensivo al marcar cuatro goles, aunque se reveló, también, demasiado impulsivo en abordar algunas jugadas: vio nueve amarillas y dos rojas (una directa y otra por doble amonestación).
En el Mundial Brasil no ha cometido demasiadas faltas (cinco en cuatro partidos), pero sí le han mostrado dos amarillas. Eso sí, Rojo se ha especializado en robar balones: 31.
Con el seleccionador Alejandro Sabella, que le conoce muy bien de la época del Estudiantes (2009-2011), se desplazó al carril izquierdo. Solo se perdió los cuartos de final ante Bélgica por sanción.
Enzo Pérez, de 28 años, jugó una hora en los cuartos de final ante Bélgica cuando Ángel di María se fue lesionado. Su incorporación dotó a la medular argentina de más empaque.