La Argentina de Maradona y Bilardo levantó la Copa en el 86 ante los lamentos de Matthaus y Beckenbauer, en un superpoblado estadio Azteca. Cuatro años después el escenario fue el inverso en el Olímpíco de Roma: Lothar y Franz festejaban antes la impotencia del Narigón y las lágrimas de Diego.
En ambos casos, fue la última vez que Argentina y Alemania llegaron a la cima del mundo. Por eso, tenían una cita con la historia ambas selecciones.
En el 86, en México, la superioridad argentina era evidente con un fantástico Maradona, que sin brillar en la final, puso un pase que demolió toda la resistencia alemana para que Burruchaga terminara de decretar el 3-2, el gol más importante de la historia gaucha.
En el 90, en Italia, Alemania llegaba como candidato basado en un Mathaus convertido en creador y un tal Klinsmann, que aparecía en el ataque, ante una Argentina heroica, con Diego jugando lesionado y un enorme Goycochea en los penales. Sin embargo, y a pesar del enorme favoritismo, Alemania solo pudo ganar ese encuentro con el penal más discutido de la historia de los mundiales. Brehme no perdonó y fue festejo europeo.
La historia no juega pero los grandes si. Maradona, Matthaus y …. el domingo lo sabremos.