Si hay un lugar en Brasil que se parece al centro de San Salvador, ese lugar es la Rúa 25 de Marzo, en el corazón de Sao Paulo. Cumple los requisitos en cuanto al caos. Puestos de ventas construidos de forma provisional que tapan los comercios de los edificios, comerciantes ambulantes que movilizan sus mercancías en carretones, “cachadas” de relojes o tenis que en teoría son “de marca”, ofrecidos por jóvenes con jeans flojos y gorras enormes… ¿Le suena? La diferencia es que conviven negocios informales con “lojas” o ventas de mayor prestigio, que ofrecen ropa de moda, bisutería, joyas y más, para un público más “élite”. Los vendedores hablan portugués y son brasileños, pero muchos tienen rasgos chinos, libaneses y sirios.
La 25 de marzo también se parece a nuestro centro porque su intenso comercio se funde con lugares históricos cercanos, como el Monasterio de Sao Bento y la Catedral de Sé, entre otros. Y no se parece en que hay importante presencia policial en cada esquina. Bueno, al menos durante el Mundial…
A lo largo de toda la calle, que se extiende por al menos ocho cuadras, hay decenas de productos en amarillo y verde, relacionados con el local de la Copa del Mundo, Brasil. Hay llaveros, pelucas, silbatos, moños, banderas, cornetas, vuvuzelas, gorros, sombreros, bufones, diademas, aritos, cachuchas, camisetas para niño, adulto y hasta perros o gatos; pulseras, mochilas, tatuajes no permanentes, bufandas, yoyos, tazas, sombrillas y hasta macetas. Lo que se le ocurra para apoyar a la Verdeamarelha, aquí lo tienen.
El único problema es que ahora hay mucha menos gente para apoyar a la tal Verdeamarelha. Con la humillante eliminación de Brasil ante Alemania en semifinales, la venta de estos productos ha caído drásticamente. ¿Es hora de las “ofertinhas”, de exhibir los productos a un precio menor? No tanto… Son pocos los negocios que le bajan al valor de su mercancía. La mayoría prefiere mantener Kelly, 32 años, dependiente en la tienda “Fiesta y Fantasía” muy cerca de la estación de Metro de Sao Bento, explica por qué. “Yo no he bajado los precios, prefiero guardar lo que no se venda y moverlo en la próxima Copa América o Copa del Mundo. Este producto no se arruina”, dice, con tranquilidad. ¿Y ha tenido alguna pérdida, ahora que Brasil no llegó a la final? Responde que “no, para nada. Lo que tenía que vender, lo vendí y muy bien antes dela copa.
Fue una locura. Todo mundo quería algo de la Selección. Lo que invertí lo recuperé sin problema y salí bien; casi todos aquí en la 25 de marzo le dirán lo mismo. La Copa fue un gran negocio. Es cierto que Brasil no jugará la final, pero para nosotros todo bien”.
Los productos mundialistas en “Fiesta y Fantasía” serán guardados hasta nueva oportunidad de venta, y lo mismo pasará en los demás negocios de la 25 de marzo. El verde y el amarillo irán perdiendo intensidad cuando Brasil 2014 se vaya alejando en el tiempo. “Lástima que no hubo final con Brasil en el Maracaná, habría vendido más”, le decimos a Kelly. La interrumpe el vigilante del lugar: “Ahora lo que importa es que gane Alemania con goleada a Argentina”.
Por cierto, los productos de la Mannschaft escasean por aquí. Incluso en la populosa y viva Rúa 25 de marzo.