Joven salvadoreño narra cómo vive en Brasil

Ernesto Algernon, cuenta en PRIMERA PERSONA, cómo vive el Mundial desde su cotidianidad, sus gustos, y su filosofía de vida

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Foto Por cortesía de Ernesto Algernon

Por Roberto Leiva | Twitter: @RobbieRuud

2014-07-11 10:02:00

LLEVO UN A??O EN BRASIL. Al principio la cosa es un poco más lenta. Es necesario adaptarse a las cosas nuevas, acentos nuevos, comidas nuevas, lugares nuevos, todo nuevo. Después, poco a poco, se va haciendo la rutina, como en cualquier otro lugar, como en mi propia ciudad. Comienza a estabilizarse las cosas y ya tenés más o menos un plan diario: Estudio, trabajo, comida, etc.

LA IMPRESIÓN que yo tengo de los brasileños sobre el futbol es que les gusta mucho y generalmente se sienten orgullosos de su historia futbolística y de sus logros alcanzados. No obstante, por lo que todo mundo habla estos dos últimos años han sido la excepción, con un poco de descontento social ante cosas hechas en Brasil para el mundial.

Pese a ello, la opinión brasileña fué un poco oscilante en relación al mundial, con un gran apoyo al momento de ganar la candidatura del mismo, en su punto más bajo a inicios del año 2014 y con un impulso modesto resurgido durante la copa del mundo, hasta la humillante derrota con Alemania.

TENGO LA SENSACIÓN que también depende de los extranjeros. Por ejemplo en Brasil hay muchos Argentinos, archirrivales brasileños sólamente en el futbol. Los Argentinos son aún más pasionales con el futbol y su selección, y ellos ven el futbol de forma fanática. También hay muchas personas de América Latina y particularmente de sudamérica. En general creo que les agrada el mundial. No obstante, más que a todo mundo le agrade el futbol o el mundial, creo que les agrada el ambiente de fiesta, lo cual quiebra la rutina de forma marcada. Por ejemplo, cada día que hay juego de Brasil es “feriado nacional”, o medio feriado por lo menos. Osea, se trabaja hasta medio día. Con ello, hay espacio para fraternizar con colegas de trabajo, amigos, etc. no importando si se es extranjero o brasileño. Por ello, aunque no les guste el futbol, es dificil que no les guste el ambiente, la fiesta, la buena disposición, los “churrascos”, etc.

GUSTARME… decir de Brasil todo, irrisorio en mi caso, ya que conozco relativamente el país. Hay que recordar que tiene una extensión territorial gigantesca, y que fácil podría ser un continente. A forma de comparación, Brasil tiene una extensión territorial más grande que los países de europa occidental juntos.

Dicho eso, donde yo vivo, que es en la región sur, me ha gustado las mixturas que existen: En la gastronomía, en las razas, en la cultura. Brasil es una amalgama de muchas nacionalidades juntas y mixturadas, para hacer la nacionalidad brasileña, si es que eso existe. En el sur por ejemplo hubo mucha migración europea, asiática y árabe. Además vivo en una ciudad cosmopolita, que además de brasileños con ascendencia extranjera, hay muchos extranjeros, lo que agrega aún más riqueza. Con ello, en gastronomía por ejemplo se puede comer comida japonesa, peruana, brasileña, angolana o todas ellas mixturadas. Incluso los rostros de las personas son muy diferentes: achinados, negros, blancos, amarillos; y en todos los casos son brasileños nativos, con ascendencia extranjera.

NO ME GUSTA el tráfico absurdo. Acá existen métricas que para nosotros son imposibles de dilucidar: Por ejemplo 100km de tráfico total. Eso quiere decir que hay trabazones que llegan hasta 100 km de carros tras carros. 

Tampoco me gusta la pesadez de la gente. Cuando existen tantas aglomeraciones, cada uno vela por sí mismo, sin importar los demás, en algunos casos, sin siquiera ver a la persona que esta al lado tuyo. Es una especie de frialdad que existe, creo yo, en las grandes urbes.

LAS PROTESTAS es un tema fascinante en mi opinión. Brasil nunca se caracterizó por protestar, y existe un cierto optimismo permanente en el país. Por eso, que existieran protestas en 2013 de tal magnitud tomó a la gran mayoría por sorpresa.

En el fondo, me parece que las cosas que se demandan son muy justas: Servicios de calidad, seguridad, paro a la corrupción. No obstante, me parecen ambiguas y espontáneas, sin una agenda verificable. Es decir, todos están a favor que la corrupción pare, pero ¿Cómo lo puedes medir en términos prácticos?

Todo ese descontento (detonado por el aumento del pasaje en aproximadamente USD 0.1 centavos), se mezcló con el mundial de futbol y muchas cosas obscuras que se hicieron a su alrededor: Se construyeron estadios en Manaos, capital del estado de Amazonas, donde no existe ningún equipo de primera división. Lo mismo sucedió en Brasilia, capital federal. La FIFA obligó a que Brasil modificara una ley que prohibia la venta de bebidas alcohólicas en los estadios, algo que había probado útil a la hora de evitar disturbios entre los fans de los equipos de primera división. De la misma forma, todo parece indicar que hubieron muchos abusos patronales a la hora de construir estadios: Falta de equipo de seguridad, muertes, etc. Todas estas cosas generaron aún más descontento y una especie de rechazo al mundial.

Creo que en esto del papel de la FIFA existe una razón de fondo: La FIFA una asociación privada que se rehúsa a ser controlada / intervenida/ influenciada por el poder público de todos los Estados que forman parte. Creo que ahí existe un vacio de poder, que es aprovechado por FIFA grandemente. Y en países como Brasil o Argentina, donde el futbol tiene un estatus de quase religión, esto se puede volver un tema delicado.

EN COMIDAS, puff, no existe substituto para las pupusas. Lo peor es que en Brasil no venden harina de maíz. Existen muchas harinas, muchas más que en Sivar, pero no hay de nuestra harina para pupusas. Por eso, con el dolor de mi corazón, tengo que decir que desde hace más de un año, desde que llegué acá, no he comido pupusas.

EN CUANTO A LAS CHICAS, de nuevo, Brasil es muy grande, pero de lo que yo conozco, tengo la impresión que las mujeres (al igual que los hombres), son mucho más libres de hacer lo que les guste: Pintarse el pelo de azul, hacerse tatuajes en los brazos, tener expansiones en las orejas, usar ropa poco ortodoxa, etc. En ciudades tan grandes de Brasil, como existe tanta gente, todo se vale, todo es normal. Desde mujeres Punk con botas hasta las rodillas y short hasta mujeres con vestido de novia por la calle.

De igual forma, en general, en fiestas, en la calle y todo lo demás; las mujeres son mucho más abiertas y liberales que en El Salvador. No tienen miedo de conocer personas nuevas o restricciones morales/ religiosas para hacerlo, en la mayoría de los casos. Pueden beber alcohol igual o más que un hombre, sin mayor recriminación por ejemplo, si bien esto no significa que en Brasil no exista machismo.

En el Estadio me da la impresión que, al menos en el mundial, las mujeres se sienten cómodas. Pueden ir vestidas como quiera, y existe seguridad. Ocurre todo lo contrario en los torneos de futbol nacional, el brasileirao como le llaman, donde la seguridad es precaria, se dan altercados entre fans de equipos (especialmente cuando hay clásicos) y las mujeres no son ajenas a esa inseguridad y violencia. Por ello, aunque no soy asiduo seguidor de equipos nacionales en estadio, con seguridad el número de mujeres participantes es menor que en el mundial.

AL IGUAL QUE EN SÍVAR, el futbol es una de las pocas cosas que unen a todos los brasileños: A los de izquierda y derecha, a los negros blancos y amarillos, a los pobres y ricos (con sus matices), a las víctimas y a los victimarios. Con ello, tengo la impresión que si bien siempre existen intereses políticos, y más económicos, al rededor del futbol (grandes cadenas de televisión con intereses económicos, marcas internacionales, etc); los mismos no predominan a la hora que la bola comienza a rodar, o en general, en todo lo relacionado al futbol y a la querida canarinha brasileña.

¿QUÉ EXTRA??O ADEMÁS DE MI FAMILIA? Citaría a una cuentista salvadoreña,R. Cruz para responder eso. En este “país del nunca jamás” se juega mucho con la vida, con el amor y con la muerte.