Alemania es un digno y merecido campeón de eso no hay dudas. También lo hubiera sido Argentina, si no hubiera desaprovechado las ocasiones que tuvo y que fueron muy claras.
Algunos apuntes del final de Brasil 2014:
1) El golazo de Goetze, quien no perdonó como Higuaín, Messi o Palacio si lo hicieron en la otra área.
2) El “penalazo” de Neuer a Higuaín no cobrado.
3) La ausencia de un Messi desequilibrante, un jugador en realidad ausente desde cuartos de final.
4) El coraje de dos grandes del fútbol como Schweinsteiger y Mascherano, verdaderos líderes de sus equipos
5)Los grandes momentos que tuvo Alemania en el Mundial, a pesar de que en la final no se vio su mejor versión. Fue el mejor durante todo el torneo, no hay dudas, con fiesta completa ante Brasil. Y el título de campeón le cae perfecto.
Sin embargo, también mereció ser campeón el entrenador rival. Le devolvió a la Argentina el prestigio perdido. Por la Selección albiceleste pasaron tras el exitoso ciclo Bilardo (dos finales en dos mundiales) técnicos de todas las escuelas y perfiles en los Mundiales posteriores a 1990: Basile, Passarella, Bielsa, Pekerman, Maradona… Ninguno pudo pasar los cuartos de final.
Hasta que llegó Sabella. Reordenó el equipo, le dio la cinta de capitán a Messi, quien tuvo unas grandes eliminatorias y un irregular Mundial. El DT le dio al equipo otra tónica. Sostuvo a jugadores seriamente criticados hasta el hartazgo (casos Rojo y Romero). Defendió la decisión de no convocar a Tévez y el tiempo le dio la razón. Y llevó otra vez a Argentina al partido decisivo. En el Mundial, curiosamente, fallaron los que menos fallaban: el ataque argentino. Tan temido antes del Mundial y tan poco confiable durante Brasil 2014…
Sabella también mereció ser campeón porque en un fútbol mediático e hipócrita prefirió el perfil bajo y el respeto. Respondió con altura agravios… hasta el último día. Por todo eso él, más que nadie en Argentina, merecía dar la vuelta en el Maracaná. Puede dormir tranquilo y satisfecho. Hizo mejor que nadie su trabajo.