El camerino es su pasión y en ese su afán de dirigir ha recorrido numerosas partes del globo. Para Nelson Brizuela todo inició cuando en 1971, siendo casi un niño, vino con su paisano Julio César Servín para el Sonsonate que, en ese tiempo, era uno de los más caracterizados equipos de la Liga Mayor. Ahí demostró sus condiciones de goleador implacable.
Luego militó en el Municipal Limeño, Juventud Olímpica, Tapachulteca, Municipal de Guatemala, Irapuato de México, el Toros de Miami. Cuando en 1975 se casó en Santa Rosa Lima con Rosa María, armaron sus bártulos y decidieron radicarse en Australia, donde siguió su carrera futbolística y al concluirla se inclinó por la dirección técnica.
Se preparó a conciencia y dirigió numerosos equipos para ganarse un prestigio de ser un técnico estudioso que gusta de estar al día con las corrientes modernas. Con los años, los esposos Brizuela optaron por volver, Nelson traía gran experiencia y una preparación que incluía haber hecho visorías en campamentos del Ajax de Holanda y el Manchester United. Fue cuando dirigió al Municipal Limeño, Alianza, FAS, Dragón, Zacapa de Guatemala, el Manta de Ecuador y la Liga Deportiva Universitaria de Quito que después derivaría en el ganador de la Copa Libertadores. También estuvo en tierra guaraní donde tuvo equipos a su cargo.
En 2009 emprendió de nuevo el camino hacia Australia, donde dirigió al Cronulla F.C. de la Primera División de la Liga Premier de Nueva Gales del Sur, donde tuvo 14 entrenadores a su cargo.
Ahora, luego de cinco años de estar afuera, ha vuelto y siempre con la inquietud de dirigir, sabe que el fútbol salvadoreño se ha convertido en un medio complicado donde a menudo vienen entrenadores desconocidos que hablan más de lo que saben pero que, a menudo, tienen aceptación.
Su paso por tantos equipos en diversos países podría ser la mejor recomendación para un técnico que le conoce los secretos a esos de dirigir en diversas latitudes del mundo futbolístico.