Las vacaciones agostinas se avecinan, y acá, la intención de dejar algunos tips para los runners empedirnidos queda en evidencia.
Aunque en cuanto a resultados la arena puede beneficiarte (trabajarás más tu zona inferior inferior: cuádriceps y gemelos), lo ideal es que corras por la orilla, con la arena húmeda y dura para lastimar menos el tendón de Aquiles y las articulaciones del tobillo. Aún así, tienes que saber que el terreno no va a ser liso del todo, por lo que trabajarás con alta intensidad.
Para nada es recomendable correr descalzo, las zapatillas vienen diseñadas para que la ejecución, impulso y amortiguación te provean una buena pisada y, además, la orilla de la playa no esta exenta de piedras, conchas… que pueden darte una mala sorpresa.
El mar optimizará tu respiración (en la mayoría de los casos). La humedad y la baja presión del ambiente facilita la recepción de oxígeno, pero las altas temperaturas y la humedad aumentan el riesgo de deshidratación. Lleva agua encima, sin dudarlo. Ya que estos calores…
En la playa quemarás más calorías debido a la presencia del yodo en la arena y en el ambiente, pero tienes que medir muy bien las horas de astro rey, el sol. Es necesario que salgas a correr a primera hora de la mañana o última de la tarde, cuando sensación térmica acompañe y nunca lo hagas sin usar protector solar.
No planifiques el tiempo de correr como si estuvieras en tu habitat tradicional de entreno. Tendrás que adaptarte al entorno así que no te exijas demasiado. No corras distancias demasiado largas para empezar, y modera siempre el ritmo. Correr por la playa es mucho más difícil que hacerlo sobre el cemento, es probable que notes una mayor fatiga muscular y bajes tu rendimiento. Evita los excesos de esfuerzo en la playa ya que tus músculos lo resentirán, y darán paso a una desagradable sobrecarga.