Una mezcla de sentimientos cerraron con la alegría de haber cumplido con la misión. El Salvador logró la clasificación al Premundial de Jamaica 2015, después de derrotar 2-1 a Panamá, que no pudo terminar invicto su participación.
Para los panameños era un partido de trámite, porque ya tenían asegurados la clasificación y el primer lugar de esta Eliminatoria.
Para El Salvador, el triunfo de Costa Rica, sobre Belice (6-0), y el de Guatemala (4-0) a Nicaragua, generaban una gran presión para salir a buscar la victoria ante los canaleros, para asegurar la clasificación y no depender del último partido frente a los ticos, el martes.
Todos estos ingredientes también llamaron la atención de la afición, que a pesar de muchas cosas llegó y llenó el estadio de las Delicias y con su grito “El Salvador… El Salvador… El Salvador…” motivó a los salvadoreños a que se entregaran por completo desde el mismo inicio del encuentro.
Los canaleros intentaron contrarrestar con el “presing” a la zona baja de la Selecta, para incomodar la salida de estos hacia el ataque, aprovechando la velocidad de estos.
Esto generó que los salvadoreños tuvieran que pasar rápido el balón generando el primer disparo a portería panameña, a los cuatro minutos, por medio de Bryan Pérez, quien lo hizo desviado desde fuera del área. Fue una jugada de la que se pudo haber hecho más por la descolgada de Denis Pineda, por banda izquierda, pero Pérez prefirió el disparo.
Tres minutos después hubo un tiro de esquina, de la izquierda, que el mismo Pérez cabeceó, encontrando un rechazo de la defensa canalera, por segundo poste.
A esta altura, los salvadoreños se habían soltado la presión y los panameños tuvieron que atrasar líneas, para resguardarse en defensa. El juego por las bandas de Pineda y Álvaro Lizama fue el que más problemas generaba a la zona baja panameña, que recurrió mucho a su corpulencia para detener la rapidez con la que estos jugadores trataron de desbordar hasta sacar alguna centralización desde línea de fondo.
Los panameños también presentaron problemas en las salidas, con imprecisiones que facilitaron el trabajo de la defensa cuscatleca, la más fuerte de la competencia, que previo a este compromiso solo había recibido tres anotaciones, contra cuatro encajados sobre los canaleros.
El Salvador volvió a llegar con peligro hasta el minuto 25’, con otro disparo de Bryan Pérez desde fuera del área, también desviado y otra vez pecando de “individualista”, no viendo la llegada, esta vez, de Lizama, quien lo hacía por derecha, en solitario.
El Salvador se veía mucho mejor que el que por su números era considerado el “mejor” de la competencia. Ese mismo accionar levantó a la afición que ahora modificó su grito al “Sí se puede”.
El partido tenía muy buena dinámica, el ambiente era espectacular. Eso aumentó, al 30’, cuando se abrió el marcador a favor de los cuscatlecos.
Pérez ahora se combinó con Juan Barahona, quien desbordó por izquierda, para meter un centro, que el portero Jaime De García no pudo llegar, sorprendiendo a su zaguero, Kevin Galván, quien en lugar de hacer la cobertura, terminó desviando la pelota a su portería, pero que antes de que esta ingresara fuera definida por Denis Pineda, lo que también sirvió como un premio para un jugador que había demostrado mucha entrega.
En las gradas hubo una explosión de alegría, en la que además del grito de gol llovieron distintos líquidos, que fueron difíciles de distinguir.
Era la primera vez, en todo este torneo, que los panameños estaban abajo en el marcador. Esto también los hizo que encimaran para tratar de empatar el partido. En los últimos diez minutos del mismo terminaron encerrando en su sector a los salvadoreños, generando varias llegadas, pero siendo la mejor un cabezazo de Ismael Díaz, que Barahona, salvó en línea de gol (45’).
El Salvador se perdió en la marca, cayendo en un completo desorden, evitando la paridad con mucha desesperación y del que se iba a esperar un cambio para el segundo tiempo, de parte del técnico salvadoreño Mauricio Alfaro.
El Salvador tuvo la oportunidad de encontrar la tranquilidad, con un penal que se sancionó por una falta sobre Juan Barahona, cuando este anticipó a la defensa panameña al momento que estos intentaron despejar el balón, por lo que fue derribado.
El mismo Barahona se quiso hacer justicia, cobrando el disparo desde los doce pasos, pero la ejecución no fue la mejor, raso a la derecha, fácil para el espigado portero De Gracia, quien tapó el disparo. El estadio, de la celebración previa, silenció.
Hasta el “Tuco” Alfaro vivió con mucho dramatismo esta jugada, apartando la mirada al lanzamiento, por el mismo nerviosismo que lo pudo haber invadido.
El partido se volvió de ida y vuelta, el terreno de juego también se prestó para tener un encuentro rápido. El Salvador no pudo encontrar la tranquilidad con el gol, pero tuvo el consuelo de que los panameños perdieron a un jugador por la expulsión de Jomar Díaz (73’).
Luego llegó el momento del segundo gol, cuando un tiro libre de Denis Pineda se convirtió en centro y este terminó siendo desviado por Roberto Domínguez, para el 2-0.
Todo pintaba para que El Salvador tuviera un final tranquilo, pero los panameños lograron descontar en el marcador, por medio de Jamal Rodríguez (85’). El final fue dramático, pero nada generó que Las Delicias se convirtiera en una fiesta, con la celebración salvadoreña.