El día llegó, sí el debut de Albert Roca y la reactivación de la Selecta que no volvía correr tras un balón en juego internacional desde la Copa Oro disputada en julio pasado. Vuelve ese sentimiento, esa ansiedad e incluso la incertidumbre y para unos cuántos el pesimismo. Todo se conjuga alrededor del equipo de todos. La primera prueba de fuego en esta gira es Costa de Marfil.
Para los jugadores de la Selecta es un punto y aparte del caos que dejó el caso amaños, donde muchos referentes salieron de escena.
Sí hubo enojo, frustración en la hinchada, también quedó un sentimiento nostálgico y en Dallas es la oportunidad de oro para comenzar a ganar la confianza y certificar la frase de los actuales seleccionados que piden paciencia y dicen estar comprometidos en lavar la imagen.
Para un equipo que quedó desarmado, sin un equipo fijo y por unos meses sin seleccionador le tocará coger al toro por los cuernos contra selecciones que tienen entre ceja el Mundial de Brasil y que este partido es su despedida en partidos de preparación. ¿El Salvador? Fue escogido por su comunidad y porque es un sparring débil.
¿Goleada? Esa es la palabra se escucha en algunos aficionados. Temen el poderío de Didier Drogba, Yaya Touré, Gervinho,… jugadores que militan en ligas europeas.
El ambiente en los seleccionados salvadoreños no es de temor; es mas, se ven motivados y quieren que este partido comience ya para después pensar en España, la campeona del mundo.
Sin embargo en el rostro de Roca y Carles Cuadrat se percibe una presión. En poco tiempo han tenido que conocer a sus discípulos y han tenido que transmitirle ideas de juego. Todas las miradas estarán sobre ellos, sobre cómo pararán al equipo y qué estrategia usarán.
Roca se sinceró en las últimas horas que tiene presente que sus rivales tratarán de asfixiar a la Azul con la posesión del balón y aunque no le guste defenderse, tendrá que adaptarse a esa realidad.
Los jugadores han tenido muchas tareas pro corregir en el camino, desde un saque de banda, un tiro de esquina, una jugada en pared, la marca a presión para no tener sorpresas en el juego aéreo,…
Fue hasta el martes que Roca tuvo plantel completo. Burgos y Álvarez no ensayaron en el cuadro titular porque sólo participaron de dos entrenamientos y realizaron un trabajo regenerativo en gimnasio. Ambos podrían ser variantes.
Por lo demás, Roca tiene claro con quiénes contar. Un reajuste en el penúltimo ensayo fue sacrificar un delantero y poblar su mediocampo, posiblemente salga con un trivote en el centro del campo. Raúl Renderos apoyaría a Richard Menjívar para que Darwin Cerén sea el misto y tenga libertad para desplazarse.
En la portería, Henry Hernández es el candidato número uno y la defensa es inamovible con García, Molina, Barrios y “Cacho” Larín.
Este último, pese a tener un gran torneo local con FAS marcando 10 goles en la posición de enganche, contó: “me siento listo y siempre que vengo a Selección pienso que me pueden dejar como lateral izquierdo. No tengo problemas en jugar allí y si necesitan que apoye como volante sé adaptarme… Los que estamos aquí sabemos que la afición espera mucho, que quiere volver a creer y que nos apoyará como antes si nos sacrificamos peleando cada balón dividido”.
Jaime Alas, uno de los jugadores llamados con experiencia, dijo: “Podemos no ser el favorito para muchos pero estamos unidos como grupo y no nos rendiremos. No saldremos pensando que el rival es superior y que nos va a ganar. Somos positivos. Detrás de cada jugador hay una familia y muchas ilusiones”.
Si la Selecta estuvo en ‘stand bye’, un estado de coma, comienza a dar signos vitales ante una Selección africana que, pese a no haber ganado sus dos partidos amistosos previos este año (ante Bélgica y Bosnia) tiene potencial, fuerza física y con ‘feeling’ para enfrentar en Brasil a Japón, Colombia y Grecia.