No andaba camisa azul de la Selecta, el mismo día del partido, pero me delaté que era salvadoreño. No tuve que hablar, ni pronuncié palabras como “chivo”, “cabal”… Lo que sí me identificaba es una camisa de EDHdeportes.
Esto sucedió en el restaurante Chick-Fil-A. Me disponía a desayunar con un amigo y quién nos atendió era el gerente del negocio, Erick Bernal. Además de darnos una bienvenida, preguntó ¿ya listos para el partido?
Pensé ¿y cómo sabe que iré al estadio? En la tertulia dijo “a usted lo he visto en un entreno de la Selecta y usted trabaja en El Diario de Hoy”.
Seguía sin entender cómo lo sabía pero caí en la cuenta cuando me vi la camisa con el logo de la sección deportiva de mi rotativo.
Erick dijo que ya tenía su entrada para ver a la Selecta contra Costa de Marfil y que estaría un sector aledaño a donde horas más tarde se ubicarían los aficionados de Bichos Unidos. Se identificó como migueleño e hincha de C.D. Águila.
Luego de una corta charla, tomó la orden de comida pero estuvo pendiente si nos hacía falta algo. Incluso nos dio de probar unas alitas ranch y una serie de aderezos.
Antes de retirarnos no faltó una foto con un salvadoreño emprendedor en la ciudad de Dallas, que no pierde sus raíces y demostró amabilidad con sus paisanos. Hasta preguntó si teníamos hijos para regalarnos unas vacas de peluche.