Su logro más importante en el fútbol data ya desde hace 50 años, se trata de la medalla de oro que como integrante de la Selección Nacional Juvenil conquistara Óscar el “Mico” Morales, en el marco del Campeonato Norte Centroamérica y el Caribe de Fútbol, celebrado en 1964 en la ciudad de Guatemala.
Esta competición según recordó Morales, se dividió en tres grupos y El Salvador quedó enclavado en el grupo de Guatemala, Jamaica, Estados Unidos y Nicaragua, se jugó bajo el sistema de uno contra todos, superada la fase de grupos, el equipo cuscatleco fue avanzando hasta llegar a la final y colgarse la presea de oro.
“Para ese entonces yo tenía 16 años, tuvimos un gran torneo, les ganamos a todos en la fase de grupos y así fuimos avanzando hasta llegar a semifinales y luego a la final hasta quedar campeones, un logro como pocos en el fútbol salvadoreño”, comentó.
La carrera de el “Mico” Morales no fue muy longeva, de hecho se retiró a los 27 años tras sufrir una grave lesión, pero como él confiesa, sus conquistas fueron pocas, pero muy relevantes.
En esa selección juvenil, coincidió con jugadores como Flamenco Cabezas, Mauricio el “Tarzán” Alvarenga, la “Calandria” Melgar, el “Sapo” Cornejo, para mencionar algunos.
Sus inicios en el fútbol fueron en el Huracán, de Sonsonate, de segunda división y él contaba con 15 años, era una liga muy fuerte. Cuando retornó de Guatemala con aquella selección juvenil que dirigió Conrado Miranda, el “Mico” Morales fue llevado por este mismo entrenador al Once Municipal, con quien solo jugó un año.
“Con 17 años era muy joven y no me adapté a vivir lejos de la casa y a las condiciones que rodeaban al plantel de jugadores, así que al terminar el campeonato regresé al Huracán, estando ahí, el Leones subió a primera división y ya como Sonsonate, lo tomó don Koky Zedán, quien me invitó a incorporarme al equipo, pero el entrenador “Pipe” Ochoa no me quiso, pero como yo estaba bien joven no me importó”, cuenta.
Ya para la segunda vuelta del campeonato, el técnico Ochoa fue despedido y en su lugar llegó Arnaldo Da Silva, fue así como volvió al equipo y jugó las dos vueltas restantes y finalizaron en el cuarto lugar.
Campeón con Juventud
Otro título importante que el “Mico” Morales cosechó, fue el título de campeón que obtuvo en 1968 con Juventud Olímpica, el primero que este equipo sumaba en 33 años de existencia, compartió este logro con jugadores como Mon Martínez, “Pechemono” González, Hugo Luis Lencina, el “Zurdo” Méndez, el “Búho” Ruano, Tony Rojas, Condomí y Rey Cabrera.
“En 1969 con el mismo plantel fuimos subcampeones, perdimos la final 3-0 con Águila jugando en San Miguel”, recordó.
En 1973 tras unos roces con los directivos optó por viajar a Estados Unidos, dos años más tarde volvió para jugar con Platense, ahí jugo con el “Grillo” Roldán, Lotario Guerrero, Albert Fay, pero a comienzos del campeonato sufrió una rotura de meniscos en la pierna derecha, lo cual aceleró su retiro en 1977.
¿Qué hace?
Desde que llegó a la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, la vida de Óscar el “Mico” Morales, ha estado ligada al rubro de la construcción, al cual se dedica aún, aunque ya desde una posición más tranquila, menos agitada.
“El paso de los años le ayuda a uno a adquirir mucha experiencia, yo ya casi estoy retirado, años atrás me desempeñé como obrero de la construcción, gracias a que varios amigos, entre ellos costarricenses y argentinos me abrieron puertas fui aprendiendo el oficio y ahora trabajo en labores de supervisión y dirección”, cuanta con mucha satisfacción.
Explica que el sobrenombre de “Mico” se debe, no al hecho que se parezca a ese animal, sino más bien a la asombrosa habilidad que desde cipote tenía para subirse a los árboles. “Desde que estaba en la escuela con los compañeros y amigos hacíamos competencias de quien se subía más rápido a los árboles y casi siempre yo ganaba, era muy bueno”, dice entre risas.
De ahí que sus amigos le decían que parecía un mico para subir, desde entonces el sobrenombre le ha acompañado hasta el presente.
Al referirse a su presente en Los Ángeles, Morales afirma que tras largos años de haberse dedicado a trabajar a tiempo completo, hoy día lo hace de manera más descansada, lo cual le permite estar y compartir más tiempo con sus hijos y demás familia.
“Estoy agradecido con este país porque desde que me vine a radicar aquí de forma definitiva, me ha permitido desarrollarme laboralmente en un ambiente tranquilo, donde las oportunidades de crecer en todo sentido no han faltado, de igual forma mis hijos ya todos son independientes y aquí han forjado su familia”, asegura.
Manifestó sentirse orgulloso de ser salvadoreño, que quiere mucho a este país y lo visita con mucha frecuencia, lo cual aprovecha para disfrutarlo al máximo, además aquí viven dos de sus hermanos y que tiene amigos muy entrañables, a quienes saluda cariñosamente.