En la letra de esta melodía, el ¿cantautor? guatemalteco se ensaña con las diferencias entre el poderoso país del Norte, Estados Unidos; y los países del Sur de Latinoamérica. Aquí, en Río, la situación es al revés. Al menos, geográficamente al revés.
Al llegar al Aeropuerto de Galeao, en la zona norte de la ciudad carioca, y lanzarse a las calles, aparecen las famosas favelas, las comunidades pobres, la estampa de las casitas subidas sobre otras casitas que ya están encima de otras casitas. Y eso es Río. Pobreza. En el afán de que las favelas no estén tan a la vista, hasta han construido un muro a lo largo de la carretera que conduce del Galeao al corazón de la ciudad, pintado con imágenes de personas haciendo deporte. Lo hacen ya pensando en los Olímpicos de Río 2016.
Después de pasar por la zona central de la ciudad y, al llegar al Sur, aparecen edificios bien cuidados, zonas verdes arquitectónicamente pensadas por paisajistas, parques, las pudientes zonas de Botafogo, Flamengo, Urca, Jardín Botánico. Y eso es Río. Riqueza. Y en el afán de que esta sea la zona más ocupada durante el Mundial, es en la turística Barra de Tijuca donde se ha instalado el Centro Principal de Prensa y el Centro Internacional de Transmisión de esta Copa del Mundo.
Así que si el Norte fuera el Sur, aquí en Río… no aplica.