“El tiempo ha llegado, por el que todo Brasil y creo que todo el mundo estaba esperando. Nosotros, jugadores, técnicos, esperamos que este último día se vaya rápido. Estoy ansioso, claro, pero también extremadamente feliz de estar donde estoy ahora”. Con esas palabras encaró a los medios el 10 de Brasil, Neymar, el jugador del Barcelona, el llamado a conducir a la Verdeamarelha al título, al “hexa”.
Resistió con temple y buen humor una conferencia de prensa donde le hicieron una pregunta reiterada: ¿Cómo resiste la presión de ser la máxima estrella del Brasil anfitrión de esta copa? Y casi siempre buscó esta salida: “espero ayudar a mi equipo lo mejor posible, de completar ese sueño de nosotros como futbolistas brasileños, que es ganar la Copa del Mundo. Estoy preparado para apoyar a mis compañeros, estoy 100% en el equipo para ayudar, nadie juega solo, son 11 jugadores en el terreno y otros que apoyan desde la banca. Todo mundo sabe su rol y su trabajo”.
Le pidieron que hiciera memoria y mencionara a las dos estrellas que vienen a su mente cuando se habla de la Copa del Mundo, y respondió que “Romario y Ronaldo, especialmente en 2002, cuando tuve la oportunidad de seguir los partidos” como aficionado. Y agregó que “Yo tomo experiencias de todo el mundo, de Messi, Cristiano Ronaldo, son cracks, y espero seguir mi parte con éxito junto con mi equipo”.
Volvieron a lanzarle la misma pregunta, y respondió que “no quiero ser el mejor jugador de la Copa del Mundo, ni el delantero del Mundial, quiero ganar la Copa, es lo que realmente quiero con mi equipo”.
Neymar no gambeteó la pregunta sobre la gran responsabilidad de ocupar la número 10, esa que usaron antes monstruos como Pelé o Romario… Contestó que “ocupar la 10 es un gran honor, tantos cracks lo han ocupado antes que yo. Le daré mi primera 10 a mi madre, es una persona muy especial, como mi hijo, mi hermana mi padre, pero la primera 10 va para mi madre”, explicó.