La barrera del idioma. Belheza. La mayoría de voluntarios hablan portugués, un poquito de español y algo de inglés. Pero no es suficiente.
Las indicaciones son dispersas y vagas, muchas veces lejanas a la realidad. Nos pasó este miércoles, cuando al menos una docena de periodistas buscábamos el salón de prensa, para la conferencia de Neymar y Scolari.
Recorrimos de arriba abajo cuatro niveles, sin éxito. Los voluntarios encontrados y consultados en el camino no sabían o no estaban seguros.
Y ya en el lugar al fin, resultó que no pudimos entrar… porque solo había 300 cupos, y nadie nos explicó que era cupo limitado. Esto, aunque en el centro de prensa tiene capacidad para unos 1,600. Igual, el lugar cuenta con pantallas de TV dispersas en todo el Media Center, y por ahí fue posible monitorear la conferencia.
Otra contra son los detalles. Los pequeños. Hay cables sueltos por ahí y espacios de cemento o ladrillo no cubiertos por acá, que deslucen el Arena Corinthians y dan la sensación de que el tiempo les ganó a los organizadores.
Son detalles que no frenan la fiesta ni mucho menos, pero tampoco ayudan a superar la idea de que Brasil pudo hacerlo mejor.