Policia y manifestantes se enfrentan antes del inicio del Mundial

Se han reportado cinco personas heridos. Los manifestantes intentaban bloquear una avenida clave que conduce al estadio Arena Corinthians, en el este de São Paulo 

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La policía usó bombas de aturdimiento y gas lacrimógeno para dispersar a una multitud de alrededor de 200 manifestantes.

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Por Agencias/ Reuters

2014-06-12 9:55:00

La Policía brasileña y los manifestantes se enfrentaban el jueves horas antes de la inauguración del Mundial de fútbol, que ha estado empañado por retrasos en las construcciones y la agitación política.

Al menos cinco personas resultaron heridas durante las protestas, dijo un portavoz de la policía militar de Brasil que señaló que solo se podría dar el número exacto de heridos más tarde, cuando se calmen las manifestaciones.

La policía usó bombas de aturdimiento y gas lacrimógeno para dispersar a una multitud de alrededor de 200 manifestantes descontentos con los gastos en los que ha incurrido el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff para el evento.

Los manifestantes intentaban bloquear una avenida clave que conduce al estadio Arena Corinthians, en el este de São Paulo y donde Brasil se enfrentará a Croacia en el partido inaugural, afirmó un testigo. 

Al menos un manifestante fue detenido, informaron medios locales. Una productora de CNN resultó herida durante el enfrentamiento, afirmaron testigos.

Poco después, la policía intentaba dispersar otra protesta de un pequeño grupo de personas, también con gases lacrimógenos, indicó un testigo de Reuters. Las imágenes de la televisión local mostraron a decenas de manifestantes encapuchados que huían de las fuerzas policiales.

Las manifestaciones apuntaban a intensificarse mientras se acerca la hora del partido entre Brasil y Croacia, programado para las 17.00 hora local (2000 GMT).

Buena parte del resto de São Paulo, la ciudad más grande y capital financiera de Brasil, parecía un pueblo fantasma durante la hora habitual de tráfico de la mañana después de que las autoridades declararon un festivo parcial para asegurar la agilidad del tráfico hacia el estadio. Unas 20 millones de personas viven en el área metropolitana.

Brasil tiene mucho en juego y no sólo en la cancha. El buen desarrollo del torneo también podría tener un efecto en las posibilidades de reelección de la presidenta Rousseff en los comicios del 5 de octubre, así como también en la vacilante reputación del país entre los inversores.

Muchos brasileños están enfadados por los 11.300 millones de dólares gastados en la organización del Mundial mientras que los servicios sociales básicos carecen de financiación y recursos.

Su pesimismo ha eclipsado el buen humor de alrededor de 800.000 hinchas y turistas extranjeros que se espera viajen a Brasil para el torneo.

Rousseff ha desestimado las quejas sobre los sobre costos y retrasos en la preparación de estadios y aeropuertos y apuesta a que Brasil dará un buen espectáculo sobre el césped.

“Lo que estoy viendo cada vez más es la bienvenida dada a los equipos y la felicidad del pueblo brasileño con nuestro equipo”, dijo Rousseff en un discurso el miércoles.

Brasil es ampliamente considerado el hogar espiritual del fútbol y en los últimos días han proliferado las banderas y fiestas en las calles.

Sin embargo, hay una larga lista de posibles problemas y el principal riesgo tanto para los hinchas como para el Gobierno parecen las manifestaciones callejeras violentas.

Protestas y huelgas de trabajadores están previstas para las 12 ciudades sede, incluyendo una acción de 24 horas por parte de algunos trabajadores aeroportuarios en Río de Janeiro para retrasar la llegada y despegue de vuelos, aunque la amenaza de una huelga en el metro de São Paulo ha disminuido.

Cerca de una decena de trabajadores aeroportuarios bloquearon una calle fuera del aeropuerto internacional de Río de Janeiro el jueves por la mañana y provocaron atascos en el tráfico, informaron medios locales.

Algunas empresas en Río de Janeiro, donde se jugarán siete partidos incluyendo la final de Maracaná, tapiaron ventanas y puertas el miércoles por la noche en caso de que se registraran protestas.

El comportamiento de Brasil en la organización del Mundial también podría dar pistas de qué pasará dentro de dos años, cuando organice los Juegos Olímpicos.