Doña Fátima es la madre de Leticia Tamara, la amiga de un chero de una paisana salvadoreña que vive en Brasil. Leticia y doña Fátima residen en Belo Horizonte. Por esas vueltas que da el fútbol y el periodismo, su casa será el centro de operaciones de EDH Deportes para las coberturas en el Mineirao, en Belo Horizonte.
Entre esos angelitos que el Creador pone en el camino para ayudar en esta labor, está doña Fátima. Ella me presentó el delicioso queso mineiro, jamás dejó que fuera al trabajo sin desayunar y menos a la cama sin comer. No permitió que dejara su casa con ropa sucia. Y me acompañó personalmente a la estación del MOVE, parecido (supongo) a lo que será el SITRAMSS, y solo se sintió tranquila hasta que vio el bus salir hacia Belo Horizonte.
“Vaya con Dios”, me dijo doña Fátima como despedida ayer. El “obrigado” que intenté decirle se quedó corto para esta señora de sesenta y tantos años, orgullosa de su raíz minera, del temple de su gente, de su cultura de puntualidad y su exquisita oferta culinaria. Así que gracias, doña Fátima. Dios la bendiga.