FORTALEZA. Brasil y México se citan este martes con el objetivo de garantizar su clasificación a octavos de final del Mundial con una jornada de antelación y con el telón de fondo de una reciente historia de partidos reñidos e igualados.
Tanto el anfitrión como México debutaron en el Mundial con victoria, por lo que si algún equipo suma hoy los tres puntos podría sellar su pase a octavos, con permiso de lo que haga Croacia ante Camerún en el otro partido de la segunda jornada del Grupo A.
Brasil no puede llegar con mayor confianza, después del 3-1 asestado a Croacia, del buen juego de los balcánicos y sobre todo, por el repertorio futbolístico desplegado por Neymar y Óscar.
Si la lógica se impone, el equipo de Luiz Felipe Scolari es el favorito absoluto para el partido de hoy y así lo ha reconocido hasta el técnico mexicano, Miguel Herrera.
La gran ventaja de Brasil será jugar en casa y sobre todo en una calurosa ciudad del noreste del país como Fortaleza, donde la afición local es, si cabe, más ardorosa.
Hace casi un año, el 19 de junio de 2013, el empuje de la afición brasileña de Fortaleza fue un factor importante en la victoria de la Canarinha por 2-0 ante México en la Copa Confederaciones.
Precisamente aquel día la afición de Fortaleza comenzó a cantar el himno brasileño “a capela” una vez que acabó la versión reducida de la FIFA, lo que desde entonces se ha repetido en todas las ciudades donde ha jugado Brasil.
Si le toca mirar al pasado, México prefiere aferrarse a otros partidos decisivos en los que puso en serios aprietos e incluso mandó a la lona al todopoderoso Brasil.
Un partido que se recuerda en ambos lados y de sabor amargo para la pentacampeona del mundo es la final de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, cuando México se colgó el oro al vencer por 2-1 a un equipo en el que estaban Thiago Silva, Marcelo, Óscar y Neymar, quienes con toda probabilidad serán titulares este martes.