BELO HORIZONTE, Brasil. Diego Armando Maradona sí llegó esta vez al graderío.
Luego de afirmar que se le había impedido mirar el primer partido de su país en este Mundial, el legendario ex futbolista argentino se sentó el sábado en una butaca del estadio Mineirao para atestiguar el cotejo ante Irán.
Maradona ha sido uno de los críticos más fieros y constantes de la FIFA, y señaló que ese organismo había dispuesto que no ingresara al partido anterior. La FIFA respondió que el astro simplemente no contaba el domingo con las credenciales apropiadas.