Holanda, vigente subcampeona del mundo, le hizo un partido trabado y feo a Chile, y a puro contragolpe amargó a los miles de hinchas de la Roja en el Arena Sao Paulo gracias a un gran gol de cabeza de Leroy Fer, al 77?, y un tanto de Depay al 90+2, que definió una bella escapada de Robben.
Los sudamericanos llevaron el control del partido, pero se desgastaron y no lograron descifrar el juego de los de naranja, que afianzan el primer puesto del Grupo B, con nueve de nueve puntos posibles. La Roja podría enfrentar a Brasil, si los anfitriones aseguran el primer lugar del Grupo A.
En el parado táctico, Van Gaal decidió resguardarse en línea de cuatro y lanzar un 4-3-3, sin poder contar con Robin Van Persie por suspensión; mientras que Sampaoli volvió a apostarle al vértigo, con un 3-4-1-2, pero sin Vidal.
Cuando Holanda se replegaba hacía línea de cinco, Kuyt por derecha bajaba para apoyar a Blind por izquierda. Un muro.
Los naranjas le dieron de lleno la pelota a Chile, que buscó filtrar balones en la muralla de piernas hacia Alexis y Vargas, sea con toques en corto o balones largos, pero siempre apareció un tulipán para machacar o arrebatar.
Mientras que lo de Holanda fue extraño, pues aún con jugadores como Robben, Sneijder o el mismo Kuyt en la cancha, se paró de lleno al contragolpe, con un respeto extremo hacia la Roja, de blanco ayer. Pero le apuesta le salió perfecta.
Chile, con actitud de sospecha ante una Naranja Mecánica tan agazapada, decidió no caer en la trampa. No desbocarse. Así que el juego se convirtió en un “voy, pero no voy” de los sudamericanos y un “vení, que ahí te voy” a la contra de los europeos. Ríspido y poco vistoso, con muchas faltas y un concierto de tiros libres desperdiciados por partes iguales.
Entre los pocos chispazos claros, hubo una jugada de laboratorio de Chile al 22?, en un córner, que retrasaron en diagonal para la llegada de Gutiérrez, que le entró limpio pero le pegó muy abajo y la mandó más arriba.
Chile entró en depresión por no encontrar por dónde, y comenzó a caer en el juego de una Holanda que seguía sin prisas. Sneijder, el 10, pasó más preocupado por pegarse a Díaz y Aranguiz, para anularlos, que en crear.
Al 30?, en en despeje, Blind le entró al balón pero pasó rebanando a Aranguiz en el área, quien cayó de forma aparatosa. Pareció penalti y Sampaoli se llevó las manos a la calva.
Respondieron los europeos cuatro minutos después, cuando Jara agarró a Robben con falta y hubo tiro libre. Cobró el mismo Robben, cerradito y peligroso, y Blind alcanzó tocar con la frente, pero la pelota se fue a la derecha de la meta de Bravo.
Hubo otro amago de penalti para Chile al 36?, en un centro desde la izquierda en el que Kuyt llegó a cerrar y Alexis hizo un piscinazo. Molesto porque el referí Gassama (Gambia) no compró, tuvo un cruce de palabras con el mismo Kuyt y los centrales.
Al cierre de la primera etapa, la más clara del partido fue de Robben, que recuperó en la media, sobrevivió a un codazo criminal de Aranguiz, recorrió toda la mitad del campo chileno, dejó a Medel y tiró cruzado, pero muy abierto. El del Bayern Múnich se quedó tirado en el piso, incrédulo de la clara chance que había dejado ir.
Sampaoli sacó al gris Gutiérrez para la segunda parte y le inyectó más peso a su banda izquierda, con Beasusejour; pero el juego siguió siendo ríspido, más de hígado y bilis. Van Gaal, que había estado muy tranquilo en la primera etapa, salió airado a dar varias indicaciones al inicio del complemento.
Más molesto estaba el público. No había jugadas claras, el espectáculo se había ido de Sao Paulo, no era el choque eléctrico que la afición esperaba. Hubo rechiflas y abucheos, sobre todo para Holanda. “¡Qué mal juego, poja, empiecen a jugar!”, gritaba un aficionado brasileño.
Alexis despertó al 65?, al recortar con tunelito incluido a Lens (delantero, había bajado a defender) y encarar al marco al fondo y por izquierda, tiró, pero Cillessen tapó con dos puños. Un minuto después, respondía Robben, otra vez con escapada desde la media, varios recortes, hasta sacar un tiro raso que Bravo contuvo por bajo.
Al 69? vino un cambio para Holanda: Van Gaal sacó al sacrificado Lens para el ingreso de otro atacante más fresco, Depay. Y Sampaoli escuchó los gritos de la grada y puso al creativo “Mago” Valdivia en lugar del zaguero Silva.
El 0-0 dejaba a Holanda como líder de grupo (mejor diferencia de goles que Chile), lo que servía para evitar un posible cruce con Brasil. Por ello, Van Gaal decidió proteger su media, y puso al contención Fer en lugar del cansado Sneijder.
Un disparo de Depay despertó al partido al 77?, en gran tiro de media distancia, pero Bravo mandó al córner de forma espectacular. Fue el aviso. En la jugada siguiente, un centro desde la derecha de Janmaat fue conectado de lleno por la testa de Fer, el que había entrado de cambio, y la Arena Sao Paulo se transformó en un grito color naranja.
Ya sin nada que perder, Sampaoli puso a Pinilla en lugar de Vargas al 80?, pero el peso del partido, la muralla naranja y el gol en contra fue un acertijo que Chile nunca pudo resolver, aún con Valdivia buscando los espacios por toda la franja central.
Y fue Holanda la que pegó, en un balón largo que Robben aprovechó con una velocidad endiablada, dejó a Jara y centró para Depay, para el 2-0 definitivo.
Chile, que venía de vencer a Australia y España, hincó rodilla en Itaquera, pero está en octavos. Holanda, la subcampeona del mundo, se queda con el Grupo B, no pierde un juego de fase de grupos desde 1994 y, al menos en teoría, apunta a que ha logrado evitar a la anfitriona Verdeamarelha, que podría afianzar el primer puesto del Grupo A en unas horas.